Altavoz Parroquial: 5/III/2023

2º Domingo de Cuaresma – A    -   Mt 27,1-9 

 La transfiguración de Jesús

    Jesús se “transfigura” ante los apóstoles y su rostro resplandece como el sol. Un suceso extraordinario sucede ante los ojos atónitos de aquellos tres apóstoles. Pedro, Santiago y Juan ven a Jesús “transfigurado” y ellos se sienten como en otro mundo, es decir como si estuvieran ya gozando del cielo.
    Una voz les reconforta ante el asombro inicial, y a la vez les ilustra sobre lo que están viendo y gozando: su Maestro, Jesús, es el Hijo Eterno del Padre, a quien hay que escuchar, de quien hay que aprender, a quien hay que seguir y obedecer y por el que merece la pena amar y trabajar de verdad.
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    "Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y subió con ellos a un monte alto. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz":

    Señor, que te mostraste transfigurado ante los apóstoles,
y como el verdadero Hijo de Dios,
de quien hay que aprender y al que hay que amar.

    Que nunca dude de tu divinidad,
y a la vez de tu paso por la tierra de los humanos,
para enseñarme a vivir sin olvidar la meta definitiva de la vida, el cielo.

    Mis limitaciones y defectos, mis errores y pecados, me ciegan a veces,
y me olvido del único deber en la vida: ser santo, amarte de verdad
y demostrártelo en cada momento de mi vida ordinaria.
Por esto te pido, Señor, que nunca me olvida del cielo,
que me prometes para siempre,
y de la confianza que me ofreces si acudo a Ti cada día en la oración.

    Alegría y optimismo quiero que sean siempre los sentimientos habituales
de mi vida y de mis relaciones con los demás.
Pero también deseo merecer ese optimismo cristiano
por mi correspondencia fiel y sincera en el trabajo bien hecho,
en la amistad bien vivida, y en la generosidad ampliamente practicada.

    Como los apóstoles quiero bajar del monte de la ilusión y de los buenos
deseos, para practicar, en la vida ordinaria, las virtudes humanas y cristianas
con mis parientes y convecinos, con los amigos y los lejanos.

    Señor, que nunca me falte la fe en tu palabra, la confianza
en tu gracia, y en consecuencia el amor de Dios en mis obras.

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    LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS

    (Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).

   En esta semana celebramos, el miércoles, día 8/III, a San Juan de Dios (1495-1550), religioso, fundador de los Hermanos de San Juan de Dios, dedicados en primer lugar a la atención socio-sanitaria de enfermos y necesitados. Actualmente su campo de servicio sanitario está ampliado a todo tipo de personas en las sociedades más desarrolladas, pero ofreciendo su servicio con el espíritu propio de la fe y el amor cristianos. Al mismo tiempo, su labor se extiende por otros países donde la sanidad es muy escasa y pobre, pero ellos siguen sirviendo a enfermos y necesitados con el mismo espíritu cristiano que les enseñó su maestro, Juan de Dios. Este nace en Portugal, y después de una juventud disipada, e incluso un poco enloquecida, con variadas dedicaciones, incluso el ejército, se encuentra en Granada, donde escucha un sermón de San Juan de Ávila, que tanto le conmueve, que decide dedicarse a servir sobre todo a enfermos y necesitados, y así nace la Obra Hospitalaria de San Juan de Dios, que tanto bien sigue haciendo en la sociedad en todas partes, y especialmente en países del tercer mundo. ¡Qué suerte es encontrarse, en el dolor y la enfermedad, con estos amigos y seguidores de San Juan de Dios! Por eso merece la pena cultivar la amistad con este santo, pues en él encontramos amistad, cariño y mayor compromiso en la caridad cristiana.

    También celebramos esta semana, el jueves, día 9/III, a Santo Domingo Savio (1842-1857). Muere a los quince años. El es primer niño, no mártir, canonizado. Esta ceremonia de canonización se realizó, junto con la de la mártir Sta. María Goretti el 12/VI/1954, por el papa Pio XII. Se trata de un adolescente, que ya desde pequeño se dejó llevar, y cultivó su bondad natural, fruto también de una buena educación y ambiente familiar. Tuvo la suerte de encontrarse con Don Bosco, que le enseñó y le orientó convenientemente para responder a la gracia divina, y le mantuvo siempre en la sinceridad y valentía para corresponder a lo que Dios le iba pidiendo cada día. Sin duda es un excelente amigo de los niños y adolescentes, y un ejemplo a seguir y al que acudir como intercesor habitualmente.

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    AGENDA PASTORAL
    Esta semana la agenda pastoral discurre por la CUARESMA tratando de mantener, y potenciar el espíritu cuaresmal, con una más intensa oración personal y comunitaria o litúrgica, y con el espíritu penitencial de la mortificación y caridad, y también con el arrepentimiento de nuestros pecados y debilidades acudiendo al Sacramento de la Penitencia o Confesión. Todos los diarios de 18,30 a 19,30 h. hay posibilidad de la Confesión; pero en los martes, días 14, 21 y 28 habrá otros sacerdotes para facilitar la Confesión y el Perdón de Dios.
    También recordamos que enfermos o impedidos para acudir a la Iglesia pueden comunicarlo para que sean atendidos convenientemente en sus casas.