sábado, 28 de noviembre de 2020

Adviento

  BENDICIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO

El domingo, día 29, se comienza el Adviento, que nos orienta y prepara a la celebración de la Navidad Cristiana. Y por esto bendeciremos, en las diversas Misas, la CORONA DE ADVIENTO, con el encendido de la primera vela, que continuará en los otros tres domingos, terminando con las cuatro velas encedidas, que nos anunciarán que es el momento de celebrar el Nacimiento de Cristo.

Este símbolo del ADVIENTO también se suele utilizar en muchos hogares de familias cristianas.  Sin duda es una buena ayuda para vivir mejor el Adviento, de tal manera que celebremos y vivamos, tambien mejor y con más sentido cristiano, la NAVIDAD, y especialmente este año de la Pandemia.

Ofrecemos aquí una oración de bendición de la Corona de Adviento, que puede servir para utilizarla en el hogar familiar, o en cualquier otro lugar donde se coloque la Corona de Adviento.


Señor Dios, bendice con tu poder
nuestra corona de adviento para que, al encenderla, despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo practicando las buenas obras, y para que así, cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

Todos: Amén.
La bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre esta Corona y sobre todos los que con ella queremos preparar la venida de Jesús. Amen.




sábado, 21 de noviembre de 2020

Liturgia

 Fiesta de CRISTO REY

XXXIV DOMINGO ORDINARIO – A  =  Evangelio: Mat 25,31-46

                  ¡Venid, benditos de mi Padre!

         Concluye el Año Litúrgico, es decir las celebraciones que cada año se van haciendo en recuerdo y honor de Jesucristo, el Dios, hecho hombre, que a través

de su historia vital como ser humano, fue realizando nuestra Redención y Salvación.

Los cristianos cada año vamos recordando y celebrando los principales hechos de su vida, así como celebrando y meditando en sus palabras y en su ejemplo, a lo largo de los domingos y fiestas, que por eso llamamos cristianas.

         La última celebración es la dedicada a honrar a Cristo en una faceta que, de alguna manera, resume toda su vida y explica su misión: Cristo Rey de cielos y tierras, Rey de los corazones y de las instituciones humanas, familiares y sociales.

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Dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones. El separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda”.

 

Señor, que nos muestras en el Evangelio de este día tu reinado en

el mundo y entre los hombres, sobre los que quieres reinar con tu Palabra

y con tu Corazón. Ayúdame a ser dócil y obediente, libre y comprometido

en este reinado tuyo. Que tus leyes, y tu amor, orienten siempre mi vida.

Y a la vez que te veo, Señor, sentado en tu trono de Rey,

también te contemplo como un Juez, justo y misericordioso.

Ya sé, Señor, que no quieres ni pretendes asustarme ni atemorizarme,

y menos amenazarme y castigarme, sino urgir mi responsabilidad

y mi santidad, mi amor y me afán apostólico y servicial.

Pero al mismo tiempo yo tampoco quiero olvidar jamás que eres justo y leal,

y que, al final, a cada uno le darás lo que se merece,

o según lo que ha ganado a lo largo de su vida.

Que tu bondad y misericordia me muevan, todos los días,

a trabajar por mi santidad y el apostolado; y, como soy débil y pecador,

a no olvidarme de esa bondad y misericordia que siempre ofreces;

y que sepa acogerme a ellas, para que supla mi debilidad y mi inconsciencia.

Que merezca ponerme a tu derecha para escuchar tus palabras,

tan amables y consoladoras, como exigentes y comprometedoras,

y que nunca quiero olvidar:

“Venid vosotros, benditos de mi Padre;

heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.

Porque tuve hambre y me disteis de comer,

tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis,

estuve desnudo y me vestisteis,

enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”.