jueves, 12 de octubre de 2023

Altavoz Parroquial: 15/X/2023

 XXVIII DOMINGO ORDINARIO – A       Mat 22,1-14

La alegría del banquete

    Todos los hombres estamos invitados a las bodas reales. Dios abre las puertas de su casa a todos los que quieran participar en la alegría de la fiesta. Merece la pena aceptar la invitación y disfrutar de la vida. Está todo preparado: la sala, el banquete, los terneros sacrificados y aderezados para servir a la mesa.
    Solo quedan los invitados, que, tontamente, van disculpándose, y desprecian y maltratan a los criados que prepara y sirven el banquete. No obstante, el Rey mantiene la fiesta de su hijo y sigue invitando a todos, sin distinción ni preferencias. Por supuesto, exige la buena disposición de entrar con el traje adecuado, que no es otro que el buen corazón para abrirse a la fiesta y a compartirla con todos.
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    “La boda está preparada, pero los convidados no la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, llamadlos la boda”. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales.



    Señor, que me hablas con la claridad de un buen maestro,
y con el cariño de un padre, celoso por el bien y la alegría de sus hijos.
      Quieres que disfrutemos de la vida, que gocemos de la fiesta
de la amistad, el progreso y la solidaridad, o con tus palabra
que gocemos en las “bodas de tu hijo”.

    ¡Nos has hecho, Señor, para ser y vivir felices en unión fraternal
y compartiendo con todos en esta fiesta de la vida!
Gracias, Señor, par la vida que me das, los amigos que me acercas,
las comodidades con que me obsequias,
y las posibilidades de compartir todo esto con los demás.

    Pero aquí aparece mi ceguera, mi insensatez y egoísmo.
Prefiero, muchas veces, ser yo solo feliz, dedicarme a “mis cosas”,
pensar solo en mi dinero, mi comodidad, mi placer, mi yo …
aún a costa de los demás, y a veces haciendo daño al prójimo.

    Gracias, Señor, por la maravillosa lección que hoy me das.:
Tu “enfado y enojo” con los que no te responden
y prefieren ser felices ellos solos, aunque sin conseguirlo.

    Quiero, Señor, estar siempre preparado, con el traje adecuado,
para aceptar tu invitación y participar de la alegría de la vida.
Quiero, Señor, acercarme cada día a tu banquete eucarístico,
para alimentar mi fe, iluminar mi esperanza y fortalecer mi caridad,
cumpliendo, en cada momento, tu santa voluntad para mí
y ser más feliz en “el banquete de la vida”.
Enséñame a compartir mi alegría y felicidad con todos los hermanos.

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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS

(Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).   

            El domingo, 15/X, celebramos a una santa que no podemos pasar por alto, aunque ese día prevalezca la liturgia propia del domingo. En la piedad de los fieles está destacada la fiesta de Santa Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia (1515-1582). Considerada por muchos como una de las mujeres más grande y admirable de la historia. Nacida en Avila, en una familia cristiana, recibe la formación apropiada para “volar alto” en sus aspiraciones y su entrega a los demás. Sueña con convertir muchas almas para Cristo. Como eso no le era posible, después de una juventud un poco ligera y vanidosa, se incorpora al Carmelo, con un gran afán de santidad, que se concretará en la reforma que ella consigue hacer de la Orden Carmelitana. Fiel a las mociones del Espíritu Santo va haciendo lo que cree más apropiado, aun a costa de problemas y dificultades. Pero siempre muy fiel a la Iglesia. Tenemos la suerte de contar con su autobiografía, así como otros libros de sus vivencias íntimas, incluso místicas, tanto en prosa como en poesías. De ella son estos versos: “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza. Quién a Dios tiene nada le falta, sólo Dios basta”. Todo en ella es bondad, caridad, humanidad y entrega generosa a la voluntad de Dios en su vida. Lo que la hace ejemplo y modelo para todos los cristianos que desean vivir su fe. Merece la pena adentrarse en la lectura de sus obras, que siempre forman y estimulan a vivir soñando con la santidad, posible a todos los cristianos.

            El jueves, 19/X, celebramos a San Pedro de Alcántara (1499-1584). Religioso de la Orden de los hermanos menores, que también impulsa una reforma profunda con su oración y austeridad, que le convierten en un gran consejero y director de almas. Entre ellas está Santa Teresa de Jesús, que acude a él en busca de consejo y de perdón de Dios en la Confesión.

            Tenemos que destacar el recuerdo y celebración, el 20/X, del Beato Jorge Popieluszko, presbítero y mártir (1947-1984), que vive y muere en Varsovia (Polonia). Fue beatificado por Benedicto XVI el 6/V/2010. Sacerdote muy ligado al mundo obrero, por lo que se ve obligado a apoyar sacerdotalmente al sindicato Solidaridad, haciendo que Cristo reine en la paz y la justicia, con amor y solidaridad, en un momento en que el pueblo polaco, y en concreto los obreros y trabajadores, están reprimidos y maltratados por ideologías ateas y materialistas, que pretenden imponer a la fuerza al pueblo. Terminó su vida joven a los treinta y siete años, siendo brutalmente asesinado. Su entierro fue multitudinario, lo que lleva al pueblo, sobre todo al colectivo obrero, a salir a la calle para defender sus derechos. Estamos ante un sacerdote mártir, emblema del siglo XX, ejemplo y maestro para todos, y por tanto un amigo aleccionador y muy cercano, que nunca falla.

            Por último, recordamos ya la celebración, el domingo, 22/X, del Papa San Juan Pablo II, de quien muchos tenemos los mejores recuerdos, que siguen avivando nuestra vida cristiana. El merece un capítulo aparte, que ofreceremos en otra ocasión. Seguro que su amistad y cercanía la tenemos asegurada, si nos acercamos a él y le rezamos con la confianza de los verdaderos amigos.


 

 









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