miércoles, 1 de febrero de 2023

Cristianos en el siglo XXI

       CRISTIANOS en el siglo XXI 

    No cabe duda que no solo vivimos en una época de cambios: sociales, económicos, técnicos, familiares, etc. sino que estamos en un CAMBIO DE EPOCA, pues los cambios son, aparentemente, tan radicales que afectan a los mismos fundamentos de la vida, de los valores morales, y familiares, y a todas las relaciones humanas y sociales. Y esto se está produciendo en un momento de gran progreso económico, y de aparente bienestar social. Por ello tenemos el peligro de cegarnos ante esta realidad, como cuando miramos al sol, y quedamos ciegos, desorientados e ilusoriamente perdidos.
    Este foco de progreso, como el sol, nos está cegando, y parece llevarnos a creer que el materialismo, la riqueza y la autosuficiencia, que nos hace tan egoístas, es el valor supremo que nos llevará a la perpetua felicidad, cuando la realidad es bien distinta. Ahí está la pobreza, las desigualdades sociales, las guerras, la soledad, las familias rotas, los hijos solos o desnortados, los jóvenes creídos y prepotentes, pero desorientados e infelices muchas veces.
    Y en este ambiente, la fe y el Amor y Santo Temor de Dios, y por tanto la verdadera religiosidad parecen desencajados e inservibles en la sociedad moderna, o a lo sumo, admitidos como tradiciones culturales, bonitas y rentables, pero nada más. Por eso podemos preguntarnos ¿Cómo ha de ser la vida del cristiano en este mundo y en esta sociedad?

    Por de pronto, no podemos olvidar que la historia humana es maestra de la vida y sobre todo la historia cristiana, ya bimilenaria, que está iluminada y garantizada por la luz de la Revelación de Jesucristo, que resumió su vida y sus enseñanzas en decirnos y asegurarnos que “El es la Camino, la Verdad y la Vida”. Y esto nos hace descubrir que Dios sigue amándonos, sigue con nosotros, y solo con El podemos encontrar la paz, la hermandad, y el verdadero bienestar social, familiar y cultural. Y nos ayuda a encontrar una perfecta respuesta positiva a la pregunta: ¿Es posible ser cristiano en este siglo XXI, en este cambio de época?
    Por supuesto, no solo es posible, sino que es la mejor respuesta -quizá la única- que se puede encontrar y ofrecer a la sociedad actual. Ciertamente serán menos los cristianos verdaderos, pero son necesarios e insustituibles en esta sociedad, para ser fermento de bondad, justicia, solidaridad, fraternidad, es decir como testimonio del Amor y la Belleza de Dios entre los humanos.

    ¿Qué se exige a los cristianos en los momentos actuales?
Sin duda es necesario la buena formación moral y religiosa, y no perder la cabeza, mantener la fe y las verdaderas creencias, que hemos aprendido y mantenido, pero de un modo más personal y valiente, más alegre y positivo. Estar convencidos que Dios nos ama, y está con nosotros, si contamos con El, le rezamos personalmente, y también con los demás en la Eucaristía, o Santa Misa, y en la práctica de los demás Sacramentos.
    Por otra parte, hay que demostrar en la vida de cada día las consecuencias de la fe en la vida práctica con la honradez, el respeto a todos, la sinceridad, la responsabilidad familiar y social, la piedad y la hermandad, aunque esto cueste y no se cotice en la sociedad actual.

    En consecuencia: Dios nos espera con esta fe y caridad cristiana, y también la sociedad está necesitada de buenas personas, alegres y solidarias, responsables y honradas. Pocos o muchos, no te importe. Es cada uno el que tiene que responder de su vida, en conciencia y ante Dios. La sociedad será mejor si tu y yo intentamos serlo de verdad.
    Dios espera de ti, personalmente y sin preocuparte en principio de lo que hagan y digan otros, que seas testigo de su Amor y Alegría, en tu familia, en el trabajo, en el bar y en las diversiones, en tu vida íntima y en tus relaciones sociales, con los ricos y los necesitados, con los vecinos y con los lejanos, pero siempre con alegría, generosidad y seguridad de estar en la Verdad.







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