VI Domingo Ordinario - B Mc 1,40-45
La lepra del almaEn el Evangelio se lee cómo Jesús cura a un leproso. Se trataba de una enfermedad bastante frecuente en tiempos de Jesús, que suponía a los enfermos
vivir alejados de los poblados por el peligro de contagio, y de repugnancia para muchos, que a su vez los consideraban castigados por Dios, y por tanto merecedores del desprecio de los sanos. En este ambiente, y con estas ideas, destaca Jesucristo por su actitud de brazos abiertos para todos, de servicio y ayuda a todos los enfermos, pues todos son hijos de Dios, que merecen ayuda material y espiritual.
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El Evangelio hecho oración
Se acerca a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: “Si quieres, puedes limpiarme”. Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo: “Quiero: queda limpio”. La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio”.
Señor, Jesús, que abres los brazos para acoger a todos
y ayudar a quien lo necesite, sanos y enfermos, ricos y pobres.
¡Todos somos hijos de Dios, y hemos de vivir como hermanos!
Gracias por tu ejemplo de libertad y servicio a todos,
sin importarte las costumbres ni las modas, los prejuicios ni las críticas.
Ayúdame, Señor, a hacer realidad en mi vida privada,
y ante los demás, en mis relaciones sociales y en mis deberes
profesionales, la verdadera libertad de los hijos de Dios.
¡Cuánto me cuesta ser valiente, sincero, generoso,
en algunos ambientes y ante determinadas personas!
También me admira, Señor, el leproso, que de rodillas te suplica:
“Si quieres, puedes limpiarme”. ¡Cómo no iba a enternecer tu corazón
esa humildad, confianza y valentía del leproso!
Tu respuesta no podía ser otra: “Quiero, queda limpio”.
Deseo aprender también de este enfermo esas virtudes tan necesarias
para caminar hacia la santidad: sinceridad para reconocer mis males,
debilidades y pecados; la humildad para aceptarlos y manifestarlos;
la confianza para buscar el remedio y el perdón; y la valentía
y coraje -humano y sobrenatural- para examinarme,
rezar, pedir perdón y confesarme con frecuencia.
Ahora, Señor, es la lepra espiritual del pecado, la que atenaza
a muchas personas, y corroe también muchas conciencias cristianas.
Abunda el pecado mortal en muchos campos de la vida familiar, social
y económica, y nos dominan los pecados veniales, pues muchas veces
no los valoramos, y por tanto no los confesamos,
por lo que caemos fácilmente en pecados mortales.
Y ¡qué decir de esa lepra del alma más sutil, y aparentemente insignificante,
que afea el alma y emponzoña la conciencia, que es la tibieza,
o instalación en la mediocridad, en la bondad a medias, en no ser malos
pero tampoco buenos, en la superficialidad, pereza y subjetivismo egoísta!
Como el leproso del Evangelio quiero rezarte
cada noche, y muchas veces; “Señor, si quieres, puedes limpiarme”.
Señor, Jesús, que abres los brazos para acoger a todos
y ayudar a quien lo necesite, sanos y enfermos, ricos y pobres.
¡Todos somos hijos de Dios, y hemos de vivir como hermanos!
Gracias por tu ejemplo de libertad y servicio a todos,
sin importarte las costumbres ni las modas, los prejuicios ni las críticas.
Ayúdame, Señor, a hacer realidad en mi vida privada,
y ante los demás, en mis relaciones sociales y en mis deberes
profesionales, la verdadera libertad de los hijos de Dios.
¡Cuánto me cuesta ser valiente, sincero, generoso,
en algunos ambientes y ante determinadas personas!
También me admira, Señor, el leproso, que de rodillas te suplica:
“Si quieres, puedes limpiarme”. ¡Cómo no iba a enternecer tu corazón
esa humildad, confianza y valentía del leproso!
Tu respuesta no podía ser otra: “Quiero, queda limpio”.
Deseo aprender también de este enfermo esas virtudes tan necesarias
para caminar hacia la santidad: sinceridad para reconocer mis males,
debilidades y pecados; la humildad para aceptarlos y manifestarlos;
la confianza para buscar el remedio y el perdón; y la valentía
y coraje -humano y sobrenatural- para examinarme,
rezar, pedir perdón y confesarme con frecuencia.
Ahora, Señor, es la lepra espiritual del pecado, la que atenaza
a muchas personas, y corroe también muchas conciencias cristianas.
Abunda el pecado mortal en muchos campos de la vida familiar, social
y económica, y nos dominan los pecados veniales, pues muchas veces
no los valoramos, y por tanto no los confesamos,
por lo que caemos fácilmente en pecados mortales.
Y ¡qué decir de esa lepra del alma más sutil, y aparentemente insignificante,
que afea el alma y emponzoña la conciencia, que es la tibieza,
o instalación en la mediocridad, en la bondad a medias, en no ser malos
pero tampoco buenos, en la superficialidad, pereza y subjetivismo egoísta!
Como el leproso del Evangelio quiero rezarte
cada noche, y muchas veces; “Señor, si quieres, puedes limpiarme”.
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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (11/II/2024)
(Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).
Empezamos la semana, el domingo 11/II, recordando, y celebrando, las apariciones de la Virgen María en Lourdes, Francia, en el 11/II/1958. Importante y aleccionadora la historia de esas apariciones, por sus mensajes, y por la influencia que sigue teniendo en
los miles de peregrinos -muchísimos, enfermos- que cada año acuden a Lourdes buscando la ayuda y protección de la Virgen. Y en esas apariciones destacamos a la vidente, la joven Santa Bernardette Souvirous. Ella es ejemplo de bondad, de valentía y de humildad, que la hacen merecedora del título de santa, y de ejemplo e intercesora, para acercarnos a la Virgen cada día y sobre en todo en las necesidades materiales o espirituales.
También celebramos esta semana, el miércoles 14/II, a San Valentín, que, aunque su historia y sus leyendas se pierde en la antigüedad, sigue muy presente como “patrono de los enamorados”. Sea como fuere, no está mal aprovechar su fiesta cada año, para pedir e implorar su bondad sobre todos los jóvenes, novios o ya casados.
Ese mismo día, miércoles 14/II, destacamos al Beato Vicente Vilar David (1889-1937) mártir, natural de Manises, Valencia, laico, el octavo de sus hermanos, casado. Estudia Ingeniería Industrial, que
ejerce, a la muerte de sus padres, en la empresa familiar de alfarería. Hace un gran apostolado social, es adorador nocturno y un gran colaborador parroquial. Era un gran ejemplo para todos los que le conocían o le trataron personalmente. Por esto muere asesinado en aquellos momentos de persecución religiosa en nuestra patria. Buen ejemplo de santidad laical, y sin duda benéfico intercesor en estos momentos para todos los cristianos laicos.
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AGENDA PASTORAL
En primer lugar, recordamos la Campaña de MANOS UNIDAS, con su día especial, el domingo, 11/II, y la colecta en su favor que se hace en todas las misas, así como otros muchos actos que realiza esa institución católica, para sensibilizarnos más a todos con los problemas del hambre, la miseria, y por tanto con la solidaridad que a todos nos obliga.
Pero lo más importante de esta semana es que comenzamos la CUARESMA con el Miércoles de Ceniza, 14/II, en que se hace la imposición de la ceniza sobre nuestras cabezas como símbolo de penitencia, y buena disposición para vivir, un año más, la Cuaresma, que nos prepara para la Pascua del Señor. Buen tiempo para profundizar en nuestra piedad, o trato con Dios, en nuestros compromisos de vida espiritual y lucha ascética por amar más a Dios y al prójimo, y lo demostraremos con la Confesión frecuente, la Penitencia y la caridad con todos.
Seguiremos informando y orientando sobre cómo vivir la Cuaresma cristianamente en estos tiempos siguiendo el mensaje de este año para la Cuaresma del Papa Francisco, que puedes leer en este enlace.
AGENDA PASTORAL
En primer lugar, recordamos la Campaña de MANOS UNIDAS, con su día especial, el domingo, 11/II, y la colecta en su favor que se hace en todas las misas, así como otros muchos actos que realiza esa institución católica, para sensibilizarnos más a todos con los problemas del hambre, la miseria, y por tanto con la solidaridad que a todos nos obliga.
Pero lo más importante de esta semana es que comenzamos la CUARESMA con el Miércoles de Ceniza, 14/II, en que se hace la imposición de la ceniza sobre nuestras cabezas como símbolo de penitencia, y buena disposición para vivir, un año más, la Cuaresma, que nos prepara para la Pascua del Señor. Buen tiempo para profundizar en nuestra piedad, o trato con Dios, en nuestros compromisos de vida espiritual y lucha ascética por amar más a Dios y al prójimo, y lo demostraremos con la Confesión frecuente, la Penitencia y la caridad con todos.
Seguiremos informando y orientando sobre cómo vivir la Cuaresma cristianamente en estos tiempos siguiendo el mensaje de este año para la Cuaresma del Papa Francisco, que puedes leer en este enlace.
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