viernes, 24 de noviembre de 2023

Altavoz Parroquial: 26/XI/2023

 XXXIV DOMINGO ORDINARIO – A      Mat 25,31-46

FIESTA DE CRISTO REY - 
¡Venid, benditos de mi Padre!

   
        Concluye el Año Litúrgico, es decir las celebraciones que cada año se van haciendo en recuerdo y honor de Jesucristo, el Dios, hecho hombre, que a través de su historia vital como ser humano, fue realizando nuestra Redención y Salvación.
        Los cristianos cada año vamos recordando y celebrando los principales hechos de su vida, así como celebrando y meditando en sus palabras y en su ejemplo, a lo largo de los domingos y fiestas, que por eso llamamos cristianas.
        La última celebración es la dedicada a honrar a Cristo en una faceta que, de alguna manera, resume toda su vida y explica su misión: Cristo Rey de cielos y tierras, Rey de los corazones y de las instituciones humanas, familiares y sociales.

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        Dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones. El separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda”.


        Señor, que nos muestras en el Evangelio de este día tu reinado en
el mundo y entre los hombres, sobre los que quieres reinar con tu Palabra
y con tu Corazón. Ayúdame a ser dócil y obediente, libre y comprometido
en este reinado tuyo. Que tus leyes, y tu amor, orienten siempre mi vida.

        Y a la vez que te veo, Señor, sentado en tu trono de Rey,
también te contemplo como un Juez, justo y misericordioso.
Ya sé, Señor, que no quieres ni pretendes asustarme ni atemorizarme,
y menos amenazarme y castigarme, sino urgir mi responsabilidad
y mi santidad, mi amor y me afán apostólico y servicial.

        Pero al mismo tiempo yo tampoco quiero olvidar jamás que eres justo y leal,
y que, al final, a cada uno le darás lo que se merece,
o según lo que ha ganado a lo largo de su vida.

        Que tu bondad y misericordia me muevan, todos los días,
a trabajar por mi santidad y el apostolado; y, como soy débil y pecador,
a no olvidarme de esa bondad y misericordia que siempre ofreces;
y que sepa acogerme a ellas, para que supla mi debilidad y mi inconsciencia.

        Que merezca ponerme a tu derecha para escuchar tus palabras,
tan amables y consoladoras, como exigentes y comprometedoras,
y que nunca quiero olvidar: “Venid vosotros, benditos de mi Padre;
heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer,
tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis,
estuve desnudo y me vestisteis,
enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme
”.

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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (26/XI/2023)

        En primer lugar, el 30/XI nos ponemos a las plantas de un discípulo de Jesucristo, SAN ANDRES APÓSTOL, hermano de San Pedro, pescadores ambos en el lago de Genesaret,
vecinos de Cafarnaúm. Con la normalidad de un seguidor de Jesucristo, aparece en los Evangelios, en diversas ocasiones fiel y puntual en cada momento, pero sin llamar especialmente la atención. No se sabe con certeza donde dirigió sus pasos después de Pentecostés, pero sabemos que murió también mártir, defendiendo y testimoniando la fe que recibió de su Maestro. Merece la pena su amistad como la de todos los Apóstoles. Su cercanía con el Señor los hace inmejorables amigos, y más eficaces intercesores.


        El día uno de Diciembre celebramos la fiesta de SAN CARLOS DE FOUCAUL, canonizado por el Papa Francisco el 15/V/2022. Con una vida realmente novelesca, pero sus grandes cualidades intelectuales, artísticas y técnicas le hace un nómada buscador de la Verdad.
Pierde la fe a los dieciséis años, lleva una vida disoluta, pero la comezón de la verdad y la verdadera felicidad le hacen buscarla otra vez en la fe, pero viviéndola con exigencia y radicalidad en el amor a Dios y en la pobreza y entrega a los demás. Conoce y se incorpora a varias instituciones religiosas, viaja a Nazaret donde vive unos años, comprometido con la pobreza y el amor de la Familia Sagrada. Una vez ordenado sacerdote, termina en África, sirviendo en solitario en los tuareg del desierto. Por error es asesinado en 1916, pero su fama de santo y eremita ejemplar lo convierten en un maestro de profunda y exigente espiritualidad. Actualmente hay once Congregaciones religiosas y ocho Asociaciones de espiritualidad que siguen, de una u otra forma, su legado espiritual.

       A propósito de este santo-amigo, será muy provechosa la lectura de las palabras del Papa Francisco en la Audiencia general del miércoles, día 18 de octubre, proponiéndole como modelo y maestro de apostolado y evangelización, que tienes en este enlace





viernes, 17 de noviembre de 2023

Altavoz Parroquial: 19/XI/2023

 XXXIII DOMINGO ORDINARIO – A         

Mat 25,14-30

Parábola de los talentos

        Cercano ya el final del Año Litúrgico, o eclesiástico, la Liturgia de la Santa Misa, propone a los cristianos para la reflexión y la meditación, los textos evangélicos que hablan del fin del mundo y del juicio particular que tendremos a la hora de la muerte. De esta manera Nuestra Santa Madre la Iglesia nos recuerda y advierte de la necesidad de ser responsables con nuestra vida, de aprovecharla bien, y de rendir en nuestro trabajo diario y de hacer todo el bien que podamos.
        Para eso disponemos de muchos “talentos”, cualidades intelectuales, artísticas, deportivas, etc., así como de oportunidades suficientes, y muchos medios materiales, propios y comunitarios. Se trata de rendir según la voluntad de Díos, y no según nuestras meras preferencias personales. De ello habremos de dar cuenta a Díos en el momento oportuno.


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        “Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará 
y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese siervo inútil 
echadlo fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes”.

    Gracias, Señor, por estas lecciones, tan oportunas como imprescindibles,
que nos das con la parábola de las doncellas prudentes y necias,
y hoy con la de los talentos. Si los mayores necesitan meditarlas
con frecuencia para aprender a conocerse mejor, para examinarse
y rectificar, para arrepentirse y renovar propósitos cada día;
los niños y jóvenes no pueden olvidarlas ni obviarlas por necesidad vital.

    A todos nos enseñas, Señor, que para mantenernos siempre jóvenes,
hemos de saber reconocer y apreciar los muchos “talentos”
que Tú nos das habitualmente y a largo plazo, y los que puntualmente,
-como gracias actuales- nos vas proporcionando cada día.

    Que sea sincero, Señor, para reconocer mis “talentos”, mis cualidades
y posibilidades, las que Tú me das y yo pueda conseguir;
y que sea responsable con ellas para darles el rendimiento oportuno
en mi santidad personal, en mi trabajo profesional, en mi familia 
y en mis diversiones, y en tantos servicios sociales como, sin duda, puedo hacer,
si soy generoso y optimista, valiente y sacrificado, como Tu esperas de mí.

    Que no viva o me quede ensimismado, tonta y tristemente,
en mis “cosas”, en lo que soy y en lo que tengo,
sino que siempre piense más en lo que puedo y debo hacer por los demás.
Y sobre todo, Señor, que fructifique el talento, que sostiene
y potencia a los demás: la fe en tu Palabra, la confianza en tu Persona,
y el amor a Ti y en consecuencia a los demás.

    Deseo oír y saborear tus palabras:
“Muy bien; eres un empleado fiel y cumplidor. Como has sido fiel
en lo poco te daré un cargo importante: pasa al banquete de tu Señor”.

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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (19/XI/2023)

        (Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).

        Empezamos recordando esta semana, el miércoles 22/XI, a Santa Cecilia, mártir del siglo IV. Desconocemos su biografía concreta, pero si sabemos de la gran devoción por esta mártir -que en plena juventud vivió su fe y la defendió ofreciendo su vida por Cristo- ha tenido en el pueblo cristiano. Sus restos se
encuentran en una iglesia de Roma a donde acuden muchos fieles a venerarlos. Por circunstancias que no conocemos con exactitud, pues hay fuentes dispares, se la ha considerado la patrona de los músicos. Así nosotros la recordamos y seguimos venerándola, para que siga promoviendo en nuestro corazón la belleza de la música que tanto nos acerca a Dios. Por tanto, es buena compañera para saber disfrutar de la belleza del mundo, del arte, de la música, etc. etc.


        El viernes, 24/XI, honramos a los santos Andrés Dung Lac y 116 compañeros mártires (por los añ1740 a 1883) de Tonkin, Anmam y Cochinchina, en el Vietnam. Entre ellos hay obispos, sacerdotes, y muchos laicos. Todos ellos sembraron con su sangre las semillas de otros muchos cristianos. Fueron canonizados por San Juan Pablo II el 19/VI/1988. Nos alegra celebrar a estos mártires, por su valentía, y aprecio de la fe, que demostraron hasta dar su vida por el Evangelio. Recordándoles, estarán más cercanos a nosotros, y nos ayudarán en nuestra debilidad, y a nuestra fidelidad. 

         La semana pasada recordábamos las palabras del papa Francisco, animándonos a tener cercanos a los santos, y así tratarles como amigos que nunca fallan. Hoy quiero destacar el ejemplo del papa y la amistad y cercanía que él tiene con los santos. En las catequesis de los miércoles está ahora hablando de la evangelización y el celo apostólico. Y después de tratar en las primeras sesiones de este ciclo sobre la naturaleza, la importancia y la necesidad que tenemos los cristianos de ser apóstoles, ha seguido exponiendo ejemplos concretos de diversos santos, que nos los propone como maestros y modelos de fe y caridad, y por tanto como verdaderos apóstoles y evangelizadores, cada uno en sus circunstancias vitales. Nos propone el ejemplo de San Cirilo y Metodio, San Carlos de Faucaul, Santa Josefina Bakita, San Daniel Comboni, Santa Catalina Takwita, Santa Teresa del Niño Jesús, San Francisco Javier, etc, etc, y así hasta diez y siete ejemplos, que merece la pena considerarlos, y tenerlos muy cercanos. La mayoría de estos santos-evangelizadores los hemos ido contemplando en estas reseñas, y otros irán saliendo en el futuro, pues las palabras y enseñanzas del Papa Francisco nos animan en este empeño por acercar los santos a nuestra vida, y teniéndolos cercanos, los imitemos y a su intercesión nos acojamos. (El texto completo de estas Audiencia semanales, pueden leerse en este enlace)










sábado, 11 de noviembre de 2023

Altavoz Parroquial: 12/XI/2023

 XXXII DOMINGO ORDINARIO – A  Mat 25,1-13

Gozar del banquete de la vida
    Con un ejemplo –la parábola de las diez doncellas que salen a recibir al esposo– tomado de la vida ordinaria de su tiempo, y muy conocido y experimentado por muchos de sus oyentes, Jesús nos instruye sobre la necesidad de vivir siempre preparados para dar cuenta a Dios de nuestra vida, cuando El nos llame. No sabemos cuando será ese momento. Pero no solo por prudencia táctica hemos de estar preparados y en gracia de Dios, sino por que merece la pena vivir iluminados y enriquecidos por la fe cristiana y moldeados por el calor de la caridad y del compromiso cristiano a lo largo de los días de nuestra vida.
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    Dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: “Se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes. Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite.; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas”.

    Señor, que nos adviertes de la necesidad de estar siempre preparados,
para cuando Tu nos llames. Quiero ser como las doncellas prudentes
que fueron a esperar al esposo con las lámparas aprovisionadas de aceite.

    No solo estuvieron a punto para recibirlo,
sino que durmieron felices mientras le esperaban,
y disfrutaron del encuentro y de la entrada al banquete.
No solo evitaron el reproche y rechazo del esposo, sino que participaron
en la fiesta con alegría y satisfacción personal y comunitaria,
compartiendo su presencia con todos los invitados a la fiesta de la vida.

    Quiero aprender, Señor, la lección de la prudencia y del aprovechamiento
del tiempo; de la puntualidad al comenzar a hacer las cosas y del orden
y buena organización al trabajar, al divertirme y al ayudar el prójimo.

    Que nunca me domine la pereza, la comodidad egoísta e imprudente,
el cálculo individualista o la “cuquería” humana,
al cumplir con mis deberes profesionales, familiares y sociales,
y con los que son propiamente religiosos y apostólicos.

    El ejemplo de los santos y de los buenos cristianos
me ilumina y estimula, y algunas veces me inquieta y descorazona,
pues me reprochan mi indiferencia y precipitación,
mi tibieza y mediocridad …; pero ¡qué bien me hacen
sus biografías y sus testimonios, sus palabras y su ejemplo de vida!
Su alegría es evidente, y su trabajo y generosidad se desborda
en obras buenas y en testimonio apostólico.

    Ayúdame, Señor, a imitarles y a disfrutar de la
vida como ellos lo hicieron y fueron felices.
Y que, al final, pueda ser reconocido por Ti,
y entrar en el banquete del Reino,
en el día y la hora que decidas para mí.
 
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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (12/XI/2023)

    (Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).



        Destacamos esta semana a un gran santo, que debemos “enarbolar” por su santidad, por supuesto, pero también por su enorme cultura en todos los campos del saber: filosofía y teología, letras, y también las ciencias naturales en sus diversos campos: botánica, fisiología, geografía, química, etc. etc. fueron tratados por él con categoría y buena pedagogía. Uno de sus discípulos fue Santo Tomas de Aquino. Hablamos de San Alberto Magno (1206-1250), obispo de Ratisbona y Doctor de la Iglesia. Perteneció a la Orden de los Dominicos. Profesor en varias universidades. En su corazón ardía el afán evangelizador a través de la investigación y la enseñanza de las diversas ciencias, que, para él, todas estaban al servicio de la verdad, y por tanto de la fe y del evangelio. Así, para él, la investigación y conocimiento de las diversas ciencias naturales, era conocer las diversas causas que operan en la naturaleza. Con razón se le considera el patrono de los científicos, que tienen en él el mejor modelo y ejemplo para investigar con libertad y amor a la verdad y también un buen amigo e intercesor para manejarse en el mundo de la cultura y de la ciencia.

    No quiero pasar por alto la alocución del Papa Francisco en el Angelus del día de Todos los Santos, el miércoles, 1/XI. Santos a quienes considera nuestros mejores compañeros y amigos en la vida. Parece que está aplaudiendo lo que aquí pretendemos en esta sección del Altavoz Parroquial de cada semana: conocer a los santos, antiguos y actuales, para aprender de ellos y apoyarse siempre en ellos, y así, ir más seguros y felices por la vida. Destacamos los principales párrafos de esta Alocución papal:


        Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y feliz fiesta!
        Hoy celebramos la solemnidad de Todos los Santos. A la luz de esta fiesta, detengámonos un poco a pensar acerca de la santidad, en particular en dos características de la verdadera santidad: es un don -es un regalo, no se puede comprar- y, al mismo tiempo, es un camino. Un don y un camino.
        En primer lugar, es un don. La santidad es un don de Dios que hemos recibido en el Bautismo: si lo dejamos crecer, puede cambiar completamente nuestra vida (cf. Exhortación apostólica Gaudete et exsultate, 15).
        Los santos no son héroes inalcanzables o lejanos, sino que son personas como nosotros, nuestros amigos, cuyo punto de partida es el mismo don que nosotros hemos recibido: el Bautismo. De hecho, si lo pensamos bien, seguro que hemos conocido a algunos de ellos, algún santo cotidiano, alguna persona justa, alguna persona que vive la vida cristiana en serio, con simplicidad… aquellos que a mí me gusta llamar “los santos de la puerta de al lado”, que viven con normalidad entre nosotros. La santidad es un don que se ofrece a todos para tener una vida feliz. Y, al fin y al cabo, cuando recibimos un don, ¿cuál es nuestra primera reacción? Precisamente que nos ponemos felices, porque significa que alguien nos ama; y el don de la santidad nos hace felices porque Dios nos ama.
        Todo don, sin embargo, debe ser acogido, y conlleva la responsabilidad de dar una respuesta, un “gracias”. Pero ¿cómo se dice este “gracias”? Es una invitación a esforzarse para que no sea desperdiciado. Todos los bautizados hemos recibido la misma llamada a "mantener y perfeccionar con su vida la santidad que hemos recibido" (Lumen gentium, 40). Y por eso llegamos al segundo punto: la santidad es un camino, un camino que hay que recorrer juntos, ayudándonos unos a otros, unidos a esos excelentes compañeros de ruta que son los Santos.
        Ellos son nuestros hermanos y nuestras hermanas mayores, con los que siempre podemos contar: los santos nos sostienen y, cuando en la ruta erramos el camino, con su presencia silenciosa nunca dejan de corregirnos; son amigos sinceros, en los que podemos confiar, porque ellos desean nuestro bien. En sus vidas encontramos un ejemplo, de sus oraciones recibimos ayuda y amistad, y en la comunión con ellos nos une un vínculo de amor fraterno, como dice la liturgia (Cf. Misal Romano, Prefacio de santos I).
         La santidad es un camino, es un don. Entonces, podemos preguntarnos: ¿recuerdo que he recibido el don del Espíritu Santo, que me llama a la santidad y me ayuda a llegar a ella? ¿Le doy las gracias al Espíritu Santo por esto, por el don de la santidad? ¿Siento a los santos cerca de mí, hablo con ellos, me dirijo a ellos? ¿Conozco la historia de algunos de ellos? Nos hace bien conocer la vida de los santos y motivarnos con sus ejemplos. Y nos hace muy bien dirigirnos a ellos en la oración.


Que María, Reina de todos los Santos,
nos haga sentir la alegría del don recibido
y aumente en nosotros el deseo de la meta eterna.









viernes, 3 de noviembre de 2023

Altavoz Parroquial: 5/XI/2023

 XXXI DOMINGO ORDINARIO – A   Mat 23,1-12

Servidor de todos

    En su condición de Maestro y Profeta, que sirve al pueblo con honestidad, Jesús cumple su misión con gran valentía y claridad, para que todos le entiendan y mejor puedan aceptarle y seguirle. Jesús critica abiertamente el comportamiento de los rabinos y sacerdotes, “de los letrados y fariseos” diciendo: “haced y cumplid lo que os digan, pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen”. Y después de la crítica negativa, viene la luz esplendorosa del consejo y la palabra animante y comprometedora: “El primero entre vosotros, será vuestro servidor”.
  
                        
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    “No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías. El primero entre vosotros, será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.

    Señor, que tan claramente nos criticas el mal comportamiento,
y tan esperanzadamente nos propones y animas a seguirte
en el servicio humilde y desinteresado
de animar y estimular al bien y a la caridad!

    Es verdad que te diriges principalmente a los que tienen por obligación
orientar al pueblo y servirle con el oficio profético y ministerial.
Pero todos hemos de ser servidores de los demás,
y maestros de quienes nos rodean o dependen de nosotros.
Por eso acojo tus palabras críticas y cariñosas,
inquietantes y animadoras, pues quiero ser seguidor tuyo
y apóstol para los demás con mis palabras y mis consejos,
y sobre todo con mi ejemplo y mi testimonio de cristiano verdadero.

    También te pido, Señor, con toda confianza y cariño,
por los catequistas y sacerdotes, por los predicadores y misioneros.
Que merezcan el respeto y cariño, la acogida y el seguimiento,
sobre todo, por su santidad de vida y su testimonio profesional y apostólico.

    Que sean conscientes de la necesidad de ser
más que predicadores, santos; más que maestros,
testigos alegres y enamorados de tu persona y de tu mensaje.
También los cristianos “de a pie” necesitamos escuchar estas palabras,
saborearlas en la oración y hacerlas propias en la vida de cada día.

    Por esto te pido, Señor, que me muestre siempre como hermano de todos,
para que mejor ejerza “mi magisterio de padre, y de jefe”, de quienes me rodean.
Que busque ser grande en ayudar desde la humildad y la sencillez de vida.
Que busque, sobre todo, más que mandar, servir; y más que dirigir, ayudar;
y más que aleccionar, testimoniar tu amor y gracia, como Tu nos has enseñado.

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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (5/XI/2023)

    (Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).

    
Después de haber celebrado la fiesta de Todos los Santos, es decir, de todos los que han llegado ya a la Casa del Padre, el Cielo, donde seguramente tenemos algunos familiares, amigos y conocidos, que hemos recordado y celebrado como verdaderos amigos; seguimos considerando algunos santos o beatos celebrados cada esta semana, con quienes queremos entablar una tierna, profunda y confiada amistad.

    En primer lugar, queremos recordar, el lunes, 6/XI, a San Pedro Poveda, sacerdote y mártir (1874-1936). Desde pequeño siente la vocación a la vida sacerdotal. Nace en Linares (Jaén) y ejerce su ministerio en Jaén, Guadix, Asturias -durante unos años es canónigo de Covadonga- Madrid. Su celo sacerdotal le lleva a promover la formación entre los jóvenes 
estudiantes con la cultura como camino de la verdadera fe, y el verdadero encuentro de la fe con la ciencia. Con este fin, funda la Institución Teresiana, con lo que alarga su celo evangelizador, y lo prolonga en el tiempo. Muere mártir durante la persecución religiosa del 1936 en Madrid, y muere proclamando ante los sicarios: “Soy sacerdote de Jesucristo”. Fue canonizado en Madrid por el Papa San Juan Pablo II, el 4/V/2003.

    El jueves, 9/XI, celebramos a los Beatos Luis Beltrame Quatrocchi (1880-1951) y su esposa María Corsini. Beatificados por San Juan Pablo II el 2/X/2001. El mejor elogio a este matrimonio, así como en general a la vida matrimonial como camino de santidad, lo hizo el Papa en la homilía de la Santa Misa. Estos fueron algunos párrafos:

  “Estos esposos vivieron, a la luz del Evangelio y con gran intensidad humana, el amor conyugal y el servicio a la vida. Cumplieron con plena responsabilidad la tarea de colaborar con Dios en la procreación, entregándose generosamente a sus hijos para educarlos, guiarlos y orientarlos al descubrimiento de su designio de amor. En este terreno espiritual tan fértil surgieron vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, que demuestran cómo el matrimonio y la virginidad, a partir de sus raíces comunes en el amor esponsal del Señor, están íntimamente unidos y se iluminan recíprocamente.
    Los beatos esposos, inspirándose en la palabra de Dios y en el testimonio de los santos, vivieron una vida ordinaria de modo extraordinario. En medio de las alegrías y las preocupaciones de una familia normal, supieron llevar una existencia extraordinariamente rica en espiritualidad. En el centro, la Eucaristía diaria, a la que se añadían la devoción filial a la Virgen María, invocada con el rosario que rezaban todos los días por la tarde, y la referencia a sabios consejeros espirituales. Así supieron acompañar a sus hijos en el discernimiento vocacional, entrenándolos para valorarlo todo "de tejas para arriba", como simpáticamente solían decir… …
    Queridas familias, hoy tenemos una singular confirmación de que el camino de santidad recorrido juntos, como matrimonio, es posible, hermoso y extraordinariamente fecundo, y es fundamental para el bien de la familia, de la Iglesia y de la sociedad".

    También recordamos a dos santos, lejanos en el tiempo, pero que mantienen siempre su actualidad, por su magisterio, y santidad, y por tanto, por su ejemplo de vida. En primer lugar, citamos, para el 10/XI, a San León Magno, papa y doctor de la Iglesia (400-461), ilustre por sus escritos, que siguen apoyando la teología sobre la naturaleza de Cristo y su acercamiento a la humanidad. 
    En segundo lugar, celebramos el 11/XI a San Martín de Tours, obispo (331-397), que destaca en la caridad y amor a los pobres, tanto en su vida de soldado, como en su ministerio episcopal. Es famosa la anécdota en la que se cuenta haber dividido su capa para cubrir a un pobre aterido de frio, que resultó ser el mismo Cristo. Por tanto, su memoria y su ejemplo sigue vivo en el pueblo cristiano, que a él acude con frecuencia. Es, pues, un buen maestro de vida y buen amigo intercesor siempre".
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AGENDA PASTORAL

    Recordamos, como hacíamos la semana pasada, una nota puntual, aunque siempre hay que tenerlo en cuenta: la celebración del DIA DE LA DIOCESIS, el domingo, 12/XI, que pretende, como todos los años, que seamos más conscientes de nuestra fe y de nuestra pertenencia a la Iglesia, Comunidad cristiana, en la que todos somos responsables, actuando en consecuencia, con fe y caridad, con piedad y responsabilidad, y con la colaboración oportuna: espiritual, económica, personal y apostólica. Y, por supuesto: con la alegría y agradecimiento a Dios de tener fe y ser cristianos. Esta entrada te ayudará a entender y vivir el Día de la Diócesis.
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VIDA CRISTIANA EN EL S. XXI

    Dos cuestiones pueden ayudar especialmente esta semana:
    1- Abundar en la consideración de los santos, como amigos y compañeros de viaje, para lo que ofrecemos este artículo en el que se recuerda algunos santos, actuales o de otros siglos, pero todos inmejorables maestros para nosotros en la actualidad. Aquí los tienes.

2- Material catequético, doctrinal y piadoso, para vivir bien el mes de los difuntos. Pincha en este enlace.