sábado, 7 de enero de 2023

Altavoz Parroquial: 8/I/2023

Fiesta del BAUTISMO DEL SEÑOR - A

Mt 3,13-17 

        El Bautismo, un tesoro

    Hoy es la última fiesta del tiempo de Navidad. Hemos gozado, compartido, rezado; en una palabra, hemos celebrado ya todos los acontecimientos del Nacimiento de Jesús, y de aquellos primeros años de su vida de infancia, y también la espera de la humanidad hasta la venida de Cristo, con los domingos de Adviento. Le hemos contemplado, después del suceso de la “pérdida y hallazgo” en el templo a los doce años, retirándose a su pueblo, donde vivían sus padres, a Nazaret. Allí transcurren los años, que llamamos “la vida oculta de Jesús”, que no por desconocida carece de importancia y es ajena a sus enseñanzas y mensaje. Termina este tiempo litúrgico con la fiesta del Bautismo de Jesús, que abre el paso a la vida pública.
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    Apenas se bautizó Jesús, salió del agua, se abrieron los cielos
y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él.
Y vino una voz de los cielos que decía: “Este es mi hijo amado, en quien me complazco".



    Gracias, Señor, por este ejemplo que me das, acudiendo, al comienzo
de tu vida pública, a recibir el Bautismo que tu primo Juan predicaba y practicaba,
para ayudar a las gentes en su conversión y mejor aceptación de tu mensaje salvador.

    No necesitabas de aquel rito, puramente significativo y animador
de los buenos sentimientos que se deben albergar siempre en el corazón humano.
Pero al aceptarlo nos ayudas a entender mejor el Bautismo purificador y
transformante, que Tu instituirías, para acoger tu gracia y perdón,
y para “sentir” más fuertemente tu amor sanador y vivificante.

    Por el Bautismo ahora no solo nos aconsejas y orientas al arrepentimiento
y la conversión, sino que nos das tu gracia y tu perdón, tu abrazo de Padre,
que nos introduce en la familia cristiana y nos abre las puertas del cielo.

    ¡Gracias, Señor, por el Bautismo que ya he recibido de pequeño!
Gracias, Señor, porque mis padres quisieron, libre y responsablemente
–como buenos padres cristianos– someterme al lavado espiritual
del agua purificadora, para hacerme hijo tuyo y miembro de la Iglesia,
Pueblo de Dios, y así ser llamado a la santidad y a la salvación eterna.

    Te pido, Señor, qué además de sentirme agradecido por el Bautismo,
sea responsable con este favor recibido, este tesoro impagable humanamente.
Que sea consciente todos los días del deber de cuidarlo y cultivarlo
con la lucha por la santidad cristiana y el celo apostólico y evangelizador.

    Que valore y aproveche la formación cristiana conociendo tu Palabra escrita
en la Biblia y transmitida en las enseñanzas de nuestra Santa Madre la Iglesia.
Que siempre viva y testimonie con valentía la alegría y el optimismo de ser cristiano.

    Ante esta maravillosa realidad del Bautismo y sus consecuencias en mi vida,
me veo urgido y obligado a encomendarte a todos los padres
que bautizan a sus hijos, para que sean conscientes del tesoro
que legan a sus hijos, y valorándolo así, cuiden la formación cristiana
de sus hijos con el ejemplo, las palabras y la catequesis adecuada.

    También encomiendo a los que aún no han recibido las aguas bautismales,
para que se formen convenientemente y pronto puedan bautizarse
con alegría, libertad y responsabilidad.


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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS

(Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, y maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).

    En esta semana destacamos dos mujeres, venerables y auténticas damas, luceros de santidad y caridad, y de entrega a los demás. Verdaderos ejemplos de santidad para todos: hombres y mujeres. De esa santidad que no tiene género en la Iglesia, y por tanto la de hombres y mujeres que destacan por su santidad de vida, que es la verdadera y única categoría en el Pueblo de Dios. La que no está en los títulos, en los cargos ministeriales, en el poder y la autoridad eclesiástica o social, y tampoco en la edad, estado social, profesión, o títulos nobiliarios. Es la santidad en la vida ordinaria el verdadero título de los cristianos, y la verdadera categoría que a todos nos iguala ante Dios.

       En primer lugar, el lunes, 9/I, celebramos a la Beata Paulina María Jaricot (1799-1862), beatificada por el Papa Francisco el 22/V/2022. Nace en Lyón (Francia) y desde ahí se extiende su afán apostólico por toda Francia y demás países de Europa. Sin duda muy conocida por su labor a favor de las Misiones.



    Después de un primera juventud un poco mediocre y disipada; circunstancias especiales, como la muerte de su madre, le hacen sentir más fuertemente la presencia de Cristo en su corazón y la necesidad de hacer algo por los demás, en lo que encuentra la verdadera felicidad. Encauza sus afanes apostólicos y de entrega ayudando a los misioneros, y organizando múltiples y variadas instituciones en favor de la Misión. Ella es la pionera de la Santa Infancia, el Rosario viviente por los misioneros, la fundadora de la Congregación de la Propagación de la fe. Lo que termina siendo Las Obras Misionales Pontificias, y el día del DOMUND. Con ello está todo dicho. ¡Qué buena y eficaz intercesora y amiga para saber acoger a Cristo -el Amor de Dios- en el corazón y para abrirlo a los demás!

    Otra mujer maravillosa y ejemplar es la que recordamos el martes, 10/I, la Beata María Dolores Rodríguez Sopeña (1848-1918), virgen y fundadora del Instituto secular Damas Catequistas, hoy conocido como Instituto Catequista Dolores Sopeña. Fue beatificada por San Juan Pablo II el 23/III/2003.  La mayor parte de su vida transcurre en Madrid, aunque, por razones familiares, pasó algunos años en América, y llevada por su afán de santidad y entrega al Señor y al prójimo, viaja por
toda España. Fiel a los signos de los tiempos, dedica principalmente su afán apostólico a la Catequesis y ayuda de familias y niños pobres, y también a los obreros y capas sociales más necesitadas, con las posibilidades que las circunstancias -las consecuencias positivas y negativas de la revolución industrial del momento- le van sugiriendo. Lo cierto es que ella y sus compañeras y seguidoras hacen una gran labor social y cristiana de grandes frutos apostólicos y sociales, en todas partes donde pudieron llegar, y que siguen fructificando en la actualidad.


AGENDA PASTORAL

    Esta semana es la que nos vuelve a la normalidad, después de las Navidades. En la Parroquia comenzamos las Sesiones de la Escuela de Catecismo o Catequesis infantil, aunque este viernes es de estudio y trabajo de todos los grupos en casa. Ese día,13/I, aprovecharemos para tener una Sesión del AULA FAMILIAR con los padres de los niño/as de 3º de Primaria, de 17 a 17,30 h. También recordamos que tenemos ya a la vista el CURSO DE PREPARACIÓN AL MATRIMONIO, durante cinco lunes, los días 23 y 30 de Enero y los días 6, 13, y 20 de Febrero.

 




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