viernes, 25 de abril de 2025

Altavoz Parroquial: 27/IV/2025

II DOMINGO DE PASCUA - C

Evangelio de la Misa: Jn 20,19-31

La misericordia divina
    La luminosidad de la Resurrección de Cristo hace exultar de gozo a los cristianos por la seguridad de sus palabras y la confianza que inspira el resucitado. Verle saludando con la paz y asegurando el perdón de los pecados a quien se manifieste arrepentido, produce una gran paz y alegría. Contar siempre con la misericordia divina, que, como paloma santificadora, ofrece comprensión y acogida cariñosa, y que trae el perdón, la paz y el amor a los corazones, ha llevado a los cristianos –guiados por Juan Pablo II- a considerar este domingo como DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA. Además, el encuentro con Tomas, el incrédulo, refuerza la fe que se apoya en la humildad y en la verdadera sencillez.

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    Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: 

“Recibid el Espíritu Santo;
a quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados;
a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”.


    Señor, Jesús, que te presentas saludando con el “Paz a vosotros”-
¡Qué bien marcharían las relaciones humanas y sociales
si también nosotros saludáramos con este buen deseo!
¿Por qué no sabemos, o ni siquiera podemos muchas veces, hacerlo?
Fácilmente vemos la respuesta en el examen de conciencia de cada día,
y también cuando nos preparamos para la Confesión.

    Allí nos vemos con tantas pasiones humanas,
y, por tanto, con muchos defectos y con caídas frecuentes.
Y, lo malo, Señor, es que nos cuesta reconocerlo, rectificar y pedir perdón.
¡Cuánto necesitamos acogernos a tu misericordia infinita!
¡Cómo necesitamos, Señor, la Confesión frecuente,
para más fácilmente mantener la lucha contra el mal que hay en nosotros,
y para sentirnos más fuertes y perseverantes en el afán por la santidad de vida!

    Nos vemos, Señor, pobres y débiles, 
y muchas veces pecadores, desanimados y vacilantes.
¡Que jamás dudemos, u olvidemos, tu infinita y siempre acogedora misericordia!
¡Qué alegría nos das, Señor, viéndote con tu personalidad divina,
y tu grandeza humana, encomendando a los apóstoles el poder de perdonar!

    Queremos “saborear”, y jamás olvidar, tus palabras:
“Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, 
les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”.
Te pedimos, Señor, por quienes, olvidándose de tu misericordia divina,
no valoran suficientemente el sacramento de la Confesión,
y se ven privados de este tesoro que tanta paz transmite al alma,
y que tanto ayuda a vivir con alegría, deportividad y espíritu joven.

    Y en este momento trascendental de tu vida, en que instituiste la Confesión,
allí estaba Tomás, el que, soberbio, no admite lo que oye a sus compañeros.
¡Una vez más la soberbia, que oscurece, obnubila y atonta a las personas!
Señor, haznos humildes y sencillos para aceptarte a Ti,
y a quienes te representan para nuestro bien en el sacramento de la Penitencia
o Confesión, también llamado, con razón, el sacramento de la alegría.

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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (27/IV/2025)
    (Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).

Una madre santa
    Iniciamos la semana celebrando el lunes, 28/IV, a Santa Juana Beretta Molla (1922-1962), laica, esposa y madre de familia que, esperando un hijo no dudó en anteponer con amor la vida de la criatura a la suya propia.
    Con solo este dato se define ya la grandeza moral de esta persona. Pero como estos actos heroicos no surgen de la nada, o esporádicamente, es necesario considerar toda su vida normal y corriente como madre y esposa, como servidora y amiga, como profesional y vecina. Su propia familia cristiana fue la base donde se forjó su carácter y sus ideales de honradez y servicio a todos, de cristiana y apóstol. Y sus estudios universitarios de medicina la prepararon para ponerse al servicio de los demás para sanar sus cuerpos y también para acercar a Dios a todos los que trataba. Consideraba su profesión como una misión para servir como cristiana e hija de Dios a los demás, y la vida como un don maravilloso de Dios. Confiándose plenamente a la Providencia, y convencida de la necesidad y eficacia de la oración, compaginaba perfectamente ser madre, esposa y médico. A propósito del parto, que le llevaría a la muerte manifestó claramente: “Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis, elegid -lo exijo- la suya. Salvadlo

    Así resume se resume su vida en un santoral: La mañana del 21 de abril de 1962 da a luz a Gianna Emanuela. El día 28 de abril, también por la mañana, entre indecibles dolores y repitiendo la jaculatoria «Jesús, te amo; Jesús, te amo», muere santamente. Tenía 39 años. Sus funerales fueron una gran manifestación llena de emoción profunda, de fe y de oración. «Meditada inmolación», Pablo VI definió con esta frase el gesto de la beata Gianna recordando, en el Ángelus del domingo 23 de septiembre de 1973: «una joven madre de la diócesis de Milán que, por dar la vida a su hija, sacrificaba, con meditada inmolación, la propia». Fue beatificada por Juan Pablo II el 24 de abril de 1994, Año Internacional de la Familia, y canonizada por el mismo Santo Padre el 16 de mayo de 2004 en la Plaza de San Pedro.

    Otra mujer que brilla con luz propia en la Historia de la Iglesia, -y que puede servirnos de faro luminoso y orientador en estos momentos de la vida de la Iglesia, en que lloramos, y encomendamos al querido Papa Francisco, y pedimos con total confianza en la Providencia Divina por él y por la Iglesia- es Santa Catalina de Siena (1347-1380), virgen y Doctora de la Iglesia, religiosa de las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo. San Juan Pablo II la proclamó en 1999, copatrona de Europa, junto con Santa Brígida y Edith Stein. Y puede ser formativo leer alguna breve biografía como la que se puede encontrar en este enlace.


Discípulos y amigos de Jesús

    Y no queremos dejar en el olvido otras dos celebraciones de esta semana. El jueves, 1/V, celebramos a San José Obrero. Su bondad y su ejemplo en el trabajo es especialmente reconocido y exaltado en este día. Se lo merece, y a nosotros nos hará mucho bien tenerlo como modelo de nuestros trabajos y profesiones y como amigo intercesor, que nunca falla y con el que siempre se encuentra uno con múltiples alegrías. Y una vez más dos Apóstoles, que, como seguidores y amigos de Jesús, queremos gozar también de su amistad. El sábado, 3/V, celebramos a Santiago (el menor) y a San Felipe. Intimar con ellos es estar cerca de Jesús, y tener asegurada su amistad.
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AGENDA PASTORAL

    Con la gran fiesta de la Pascua de Resurrección hemos llegado a la cima de las fiestas cristianas, que continúa con toda la Semana primera de Pascua y se prolonga con otras cinco semanas siguientes, es decir el Tiempo Pascual, que culmina con la fiesta de la Ascensión del Señor a los cielos.
    La pastoral ordinaria trata de vivir y comunicar la alegría de la Pascua, insistiendo en el sacramento de la Penitencia, para que todos “cumplan con Pascua” como nos enseña el Catecismo de la Doctrina Cristiana. “¿Cuándo se debe recibir la Sagrada Comunión? La Iglesia recomienda a los fieles que participan en la Santa Misa recibir también, con las debidas disposiciones, la Sagrada Comunión, estableciendo la obligación de hacerlo por Pascua”.
    Por otra parte, en el panorama del mes de mayo destacan la intensificación de la preparación catequética de los padres y de los niños para la Fiesta Parroquial de las familias cristianas, es decir para la Primera Comunión de los niños; y también para la celebración pascual del sacramento de Unción de los enfermos y ancianos, en el domingo de la Pascua de los Enfermos.
    También miramos con alegría la llegada del mes de mayo, que huele a primavera, a flores, a cánticos, y para nosotros a cariño maternal, que nos invita a acercarnos al altar de la Virgen María, para llevarle nuestras “flores espirituales”, y disfrutar en la Iglesia del ambiente familia cristiana.
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VIDA CRISTIANA EN EL S. XXI
    (Proponemos en esta sección algunos testimonios de cristianos actuales -con el tiempo, a algunos quizá se les considere santos- cuyo testimonio de vida es ejemplar como ciudadanos cristianos; y también destacamos acontecimientos, o celebraciones de diverso tipo, que testimonian y promueven el bien, la paz y el amor cristiano en la familia, y en la sociedad en general).

    Esta semana tenemos nuestra mirada, nuestro pensamiento y nuestro corazón, en Roma, en el Vaticano, y en la despedida cariñosa y apenada del Papa Francisco, que nos ha dejado para seguir acompañándonos desde el cielo con su cariño, su ejemplo y su magisterio. Y por otra parte rezando con piedad y confianza por el nuevo Papa, que se pondrá, como Vicario de Jesucristo, al frente de la Iglesia o Pueblo de Dios. Este es nuestro deber, nuestro consuelo y nuestra esperanza.










sábado, 19 de abril de 2025

Altavoz Parroquial: 20/IV/2025

PASCUA DE RESURRECCION - C

Evangelio de la Misa: Lc 24,1-12 (Jn 20,1-9)

Alegría pascual
    Los cuatro evangelistas, como no podía ser de otra manera, narran suficientemente el hecho de la Resurrección de Cristo, o mejor que su cadáver había desaparecido del sepulcro, y que lo vieron resucitado los apóstoles y otras muchas personas.
    Con diversos matices, pero coincidiendo en lo fundamental, los evangelios destacan que las primeras en enterarse de la Resurrección del Maestro fueron unas mujeres, no solo conocidas, sino también muy queridas por Jesús, como se destaca de María Magdalena. Ellas se encargaron de comunicar lo sucedido a los apóstoles, y de divulgarlo. Nos fijamos en la frase resaltada por Lucas, y que se pone en boca del ángel: “¿Cómo buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado”.

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    “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. HA RESUCITADO”.

    Señor, Jesús, llenos de gozo y desbordantes de satisfacción
queremos celebrar tu Resurrección de entre los muertos.
A la vez que nos alegramos con todos los cristianos,
que comparten esta misma fe en tu divinidad y en la Redención que nos ofreces.
Nosotros ahora nos disponemos, en esta oración, a acompañar a las mujeres
que se acercaron al sepulcro. También nosotros queremos agasajar tu humanidad,
para sentirnos cerca de ella, y desde esa cercanía imitarte mejor
en tus virtudes humanas, y estar más cerca de todas las personas 

que gozan y sufren con nosotros, y las que trabajan, 
se divierten y conviven en nuestro entorno familiar y social.
Y junto al sepulcro vacío queremos escuchar esas palabras tan profundas
como humanas, tan comprometedoras como ilusionantes:
“¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado”.

    Que no dejemos de contemplarte clavado en la Cruz por nuestros pecados,
y que tu Cruz –la señal de la Cruz- nos acompañe siempre al comenzar
y terminar nuestras jornadas, y esté presente en todos los lugares
de nuestro trabajo y diversión, y donde discurre nuestra vida social y familiar.
Pero también queremos verte siempre, Señor, resucitado para nuestra salvación,
y ofreciendo seguridad a nuestra fe, motivaciones profundas a nuestra esperanza,
y refuerzo invencible a nuestros deseos de caridad cristiana.

   ¡Gracias, Señor, por tu Resurrección!
¡Gracias por los ideales de vida que nos ofreces al triunfar sobre la muerte!
¡Gracias por la alegría con que nos obsequias al verte resucitado!
Que nunca nos asuste la muerte, pues Tú has resucitado.
Que nunca nos acobarden las dificultades de la vida,
el trabajo, la convivencia, el apostolado, pues Tú has resucitado.
Que nunca nos entristezcan las debilidades y pecados,
pues Tú resucitaste, y sigues vivo junto a nosotros.
Que nuestra oración sea siempre alegre y comprometida, optimista y confiada,
como corresponde a quien cree en tu Resurrección.

                               
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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (20/IV/2025)

    (Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).

Semana de Pascua
    Terminamos la Semana Santa con la fiesta de la Pascua de Resurrección, que nos llena de alegría. confianza, y seguridad para ser más fieles a la Verdad de nuestra Fe, para rebosar de esperanza y confianza en el Amor de Dios, y para comprometernos más en la caridad y en el afán de santidad. Esto lo han vivido -en unas u otras circunstancias de la vida- todos los santos. Por eso, con ellos, nuestros mejores amigos, nos felicitamos por nuestra fe en Jesucristo resucitado, y renovamos nuestro compromiso de santidad y afán apostólico.

Semana, rica en santos amigos
    Esta semana, llamada Semana de Pascua, tenemos varios santos, nuestros amigos, a quienes queremos, por lo menos, recordar y una vez más renovar nuestra amistad con ellos.
    En primer lugar, el jueves, 24/IV, celebramos a San Benito Menni, sacerdote religioso de la Orden de San Juan de Dios (1841-1914). Su celo por la atención a los enfermos, y el servicio a todos los necesitados, le lleva a ampliar también este servicio de caridad cristiana a las mujeres, fundando la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús. Su lema, que vive en profundidad y transmite a sus seguidores, es: rogar, trabajar, padecer, sufrir, amar a Dios y callar. Con personas así ¡que fácil y agradable es la amistad! Fue canonizado por San Juan Pablo II el 21/XI/1999.


    El viernes, 25/IV, celebramos a San Marcos, evangelista. Discípulo de San Pablo, y fiel seguidor y colaborador apostólico de San Pedro. ¡Qué bueno y provechoso es ser amigo de los amigos del Señor, Jesucristo!

    El sábado, 26/IV, honramos a nuestro apreciado maestro, San Isidoro de Sevilla (560-636), obispo y Doctor de la Iglesia por sus múltiples libros y su amplio magisterio episcopal, y su gran ejemplo de santidad. Gozó de su familia, en la que a los otros tres hermanos se les considera también santos. Su cuerpo reposa en León, en la Colegiata-Basílica que lleva su nombre. ¡Qué buen ejemplo y excelente maestro para recordarlo y tenerlo como amigo cercano y seguro intercesor! (Puede ser útil conocer un poco más su vida. En este enlace la encontrarás).

    Por último, recordamos, el sábado 26/IV, a San Rafael Arnaiz Barón (1911-1938), un santo muy cercano, y especial patrono y modelo para los jóvenes, como lo declaró San Juan Pablo II. Religioso y monje trapense en San Isidro de Dueñas, dejó en su corta vida una luminosa estela de santidad y un abundante magisterio con sus escritos autobiográficos, que pueden servir para todos los jóvenes con vocación sacerdotal, religiosa o laical. (De su vida y sus escritos hay información en este enlace).



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AGENDA PASTORAL

    Con la gran fiesta de la Pascua de Resurrección hemos llegado a la cima de las fiestas cristianas, que continúa con toda la Semana primera de Pascua y se prolonga con otras cinco semanas siguientes, es decir el Tiempo Pascual, que culmina con la fiesta de la Ascensión del Señor a los cielos.
    La pastoral ordinaria trata de vivir y comunicar la alegría de la Pascua, insistiendo en el sacramento de la Penitencia, para que todos “cumplan con Pascua” como nos enseña el Catecismo de la Doctrina Cristiana. “¿Cuándo se debe recibir la Sagrada Comunión? La Iglesia recomienda a los fieles que participan en la Santa Misa recibir también, con las debidas disposiciones, la Sagrada Comunión, estableciendo la obligación de hacerlo por Pascua”.
    Por otra parte, en el panorama del mes de mayo destacan la intensificación de la preparación catequética de los padres y de los niños para la Fiesta Parroquial de las familias cristianas, es decir para la Primera Comunión de los niños; y también para la celebración pascual del sacramento de Unción de los enfermos y ancianos, en el domingo de la Pascua de los Enfermos.
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VIDA CRISTIANA EN EL S. XXI
    (Proponemos en esta sección algunos testimonios de cristianos actuales -con el tiempo, a algunos quizá se les considere santos- cuyo testimonio de vida es ejemplar como ciudadanos cristianos; y también destacamos acontecimientos, o celebraciones de diverso tipo, que testimonian y promueven el bien, la paz y el amor cristiano en la familia, y en la sociedad en general).

    Esta semana solamente invitamos a seguir recordando lo celebrado en el Triduo Pascual, con su prolongación hasta la fiesta de la Ascensión del Señor a los cielos. Las celebraciones litúrgicas de estos días de Semana Santa, así como las preciosas procesiones, siempre instructivas y aleccionadores, catequéticas y revulsivas de fe, esperanza y caridad cristiana, han abundado en todos los pueblos y ciudades de España, en las que hemos podido participar personalmente, o seguirlas “y vivirlas” desde nuestras casas por la TV.
    Destacamos este Año Jubilar 2025 la impronta que han podido dejarnos estos acontecimientos celebrados en la esperanza y confianza en Dios: en su amor y ayuda continua, en su perdón y su misericordia, y en su presencia siempre en nuestro corazón para contar en todo momento y circunstancia con El, con su gracia y su misericordia, y en consecuencia esperanzados y confiados en la alegría y el afán de santidad y apostolado, en nuestro mundo tan necesitado de alegría y esperanza.

    Hacemos ya mención esta semana de la noticia de la Declaración como Venerable de Gaudí , el “Arquitecto de Dios”, que le coloca en la recta final para su consideración como Beato y Santo de la Iglesia. Sin duda hará mucho bien esta noticia, como lo manifiesta los muchos y variados comentarios en los medios de comunicación. Aquí puedes leer alguno.


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viernes, 11 de abril de 2025

Altavoz Parroquial: SEMANA SANTA 2025

SEMANA SANTA 2025

    
    Estamos en la semana más importante del año para los cristianos, y para todos, una semana muy gozosa, al unirse a lo que celebramos los cristianos, y al disfrutar de sus ceremonias, procesiones, actos de culto y devoción que siempre inspiran silencio, reflexión, interrogantes, a la vez que admiración y atractivo ante la Verdad y el Bien que despiden, y también la Belleza con que se presentan. No en vano Jesucristo dijo: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" y esto se hace más evidente cuando lo contemplamos estos días en la Liturgia de las iglesias y en las procesiones de la Semana Santa, que nos muestran, con gran belleza artística y musical, a Cristo condenado a muerte, cargado con la cruz camino del Calvario, crucificado y muerto en la Cruz, para luego ser acogido por su Madre en los brazos y ser enterrado y esperar el maravilloso y deslumbrante final, que será su Resurrección.
    Motivos más que suficientes para que ofrezcamos un especial itinerario para disfrutar y vivir con más fe y esperanza o confianza, el Amor de Dios durante estos días. Además del Domingo de Ramos, tenemos que destacar el Triduo Pascual, esto es, el Jueves Santo, el Viernes Santo y el Sábado Santo, que coronaremos con la Vigilia Pascual en la noche del Sábado, en que celebraremos la Resurrección de Cristo, que se continua con el Domingo de Pascua y todo el Tiempo Pascual.


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DOMINGO DE RAMOS – C
Evangelio de la Misa: Lc 22,14-23,56

Relato de la Pasión y Muerte de Jesús:

    Primero con la Bendición de los ramos y la entrada procesional en la Iglesia, para la celebración de la Eucaristía, y luego con la lectura de la Pasión y Muerte de Jesús, la Santa Madre Iglesia “abre las puertas” a los cristianos para “entrar” en la Semana Santa. Este año se lee la narración de san Lucas.
    Estos relatos son parte de nuestra cultura, pues han alimentado la pintura, escultura, música, y a todo el arte en general, así como la vida de los cristianos a lo largo de los siglos, pues han configurado costumbres, fiestas y muy variadas formas de vida social. Y sobre todo han motivado muchas conversiones y adhesiones a la Verdad de Cristo, y necesariamente al seguimiento de su persona y de su Vida divina en el afán por la santidad y la entrega a los demás. Merece la pena, en todos los órdenes, vivir bien la Semana Santa.
   
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    Y cuando llegaron al lugar llamado “La Calavera” lo crucificaron allí,
a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.

    Señor, que en estos días nos “abres las puertas” para adentrarnos
en las celebraciones de tu Misterio Pascual: Pasión, Muerte y Resurrección.
Queremos seguirte junto al borrico que te acercó a la ciudad de Jerusalén,
y deseamos aplaudirte y vitorearte, sinceramente y de corazón,

como aquellos judíos:
“Hosanna al Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor”.

    También nos proponemos acompañarte en estos días de Semana Santa.
Tanto en la Liturgia como en las celebraciones populares, tan tradicionales
como profundamente religiosas, pues están motivadas por la fe y la piedad.
Nos conmueven todas las escenas de tu “Via Crucis”: tus gestos, tus palabras,
tu entrega, tu sinceridad y valentía, hasta verte crucificado y muerto en la Cruz.

    Queremos aprender de Ti, queremos llenarnos de tu amor, entrega y generosidad. Ante la Cruz –y Tú crucificado en ella- queremos expresarte 
los mejores sentimientos con el poeta Fray Miguel de Guevara (S. XVI-XVII):

    No me mueve, mi Dios, para quererte,
el cielo que me tienes prometido;
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

    Tú me mueves, Señor, muéveme al verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme al ver tu cuerpo tan herido,
muévanme tus afrentas y tu muerte.

    Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y, aunque no hubiera infierno, te temiera.

    No me tienes que dar porque te quiera;
pues, aunque cuanto espero, no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera. Amen.
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JUEVES SANTO – C
Evangelio de la Misa de la Cena del Señor: Jn 13,1-15

Eucaristía

    Todos los domingos y fiestas conviene considerar las tres lecturas de la Misa, por la relación que suele haber entre ellas, sobre todo entre la primera y el Evangelio. Pero hoy es del todo necesario, pues las tres lecturas están perfectamente armonizadas para encuadrar la celebración del Jueves Santo en sus aspectos históricos y propiamente religiosos y teológicos, así como para orientar mejor la dimensión ascética.

    En la primera lectura se recuerda el origen de la Pascua, cuando los israelitas la celebraron por primera vez en Egipto según el Señor se lo indicó, para salir luego hacia la tierra prometida. En la segunda se narra, con palabras de San Pablo, cómo celebraban los cristianos la nueva Pascua, siguiendo lo ordenado por Jesús en la Ultima Cena. Por fin, el Evangelio describe lo que hizo Jesús como preparación para la institución de la Eucaristía en el Cenáculo: lavar los pies a los Apóstoles.

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    “Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros,
vosotros también lo hagáis”.


    Señor Jesús, que fácil resulta rezarte y hablar contigo en este día.
Con la sola lectura, lenta y meditada, de los textos bíblicos del día,
te vemos tan cercano, te sentimos tan lleno de amor
y de fuego santificador, y a la vez “nos parece sentir”
en nuestro corazón esas palabras divinas de la Ultima Cena,
cuando lavaste los pies a los Apóstoles y luego instituiste la Eucaristía.

    Grava en nuestra mente estas palabras del Evangelio:
“Llegada la hora, antes de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado
a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo”.
Ayúdanos a sentirlas como propias y que nos sirvan de talismán,
para vivir el amor a Ti y a los demás, como Tú nos has enseñado.

    Porque queremos vivir siempre en gracia de Dios y por tanto unidos a Ti,
tampoco queremos olvidar las palabras que dijiste a Pedro: 
“Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo”. 
Y con Pedro te decimos también: “Lávame, Señor,
frecuentemente con tu perdón misericordioso en la Confesión sacramental “.

    Te pedimos, Señor, fe profunda, amor ardiente y compromiso apostólico,
agradecimiento gozoso y compartido, cada vez que oigamos esas palabras:
“Esto es Mi Cuerpo, entregado por vosotros …
Esta es mi Sangre derramada por vosotros”…

    Que te adoremos y acompañemos con frecuencia en el Sagrario;
que te celebremos, te alabemos y te recemos, diariamente en la Santa Misa;
y que te recibamos con piedad, fe y devoción, todos los días en la Comunión.
Nos unimos, en esta oración eucarística, a tantos cristianos de todos los siglos que
te han expresado su amor y agradecimiento con innumerables poemas y cantos:
“Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente
bajo estas apariencias. A Ti se somete mi corazón por completo,
y se rinde totalmente al contemplarte”.
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VIERNES SANTO – C
Evangelio de la celebración: Jn 18,1-19,42

La Pasión y Muerte de Jesús

    Hoy es un día verdaderamente importante en el Año Litúrgico, pues tiene liturgia propia, única para este día. Hoy no se celebra la Santa Misa (único día del año que está incluso prohibido celebrarla). Hoy se recuerda, y se celebra fundamentalmente con el recuerdo y la contemplación meditativa, el suceso histórico de la Muerte de Cristo en el Calvario.


    La lectura completa de la Pasión y Muerte de Cristo según San Juan nos ayuda y orienta en ese recuerdo, y nos da las pinceladas suficientes para calar y meditar en el sentido redentor de esa muerte. Por eso hoy la oración personal ha de discurrir por la lectura pausada, reflexionada y meditada, de esos relatos. Merece la pena hacerlo así.

    Por las mismas razones hoy la celebración tiene un punto central, y un objetivo devocional y piadoso: contemplar la Cruz de Cristo y adorarla con fe, amor y agradecimiento “pues en ella estuvo clavada la salvación del mundo”; y al mismo tiempo besarla con alegría y esperanza, pues “¡Oh Cruz fiel, árbol único en nobleza! Jamás el bosque dio mejor tributo en hoja, en flor y en fruto”.

    Este himno, que se canta, o se reza, mientras se adora la Cruz, es una buena oración personal para este día. También es una oración muy apropiada para este día el Via Crucis con cualquiera de sus formularios, pues abundan muchos y muy buenos en libros y devocionarios. También son abundantes las oraciones ya elaboradas, los poemas, cánticos, himnos, etc. compuestos para rezar ante la Cruz de Cristo. He aquí algunos:

    En esta tarde, Cristo del Calvario, - vine a rogarte por mi carne enferma,
pero al verte, mis ojos van y vienen – de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza

¿Cómo quejarme de mis pies cansados, - cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías – cuando las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo explicarte a Ti mi soledad – cuando en la Cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor – cuando tienes rasgado el corazón?
Ahora ya no me acuerdo de nada, - huyeron de mí todas las dolencias.
El ímpetu del ruego que traía – se me ahoga en la boca pedigüeña. 
Y solo pido no pedirte nada, - estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que dolor es solo – la llave santa de tu santa puerta. Amen.

(Gabriela Mistral)


    Déjame vivir al pie de la Cruz sin pensar en mí, sin nada querer y desear,

más que mirar enloquecido la sangre divina que inunda la tierra.
Déjame, Señor, llorar, pero llorar de ver lo poco que yo puedo hacer por Ti,
lo mucho que te he ofendido estando lejos de la Cruz …
Déjame llorar el olvido en que te tienen los hombres, aún los buenos …
Déjame, Señor, vivir al pie de la Cruz … de día, de noche, en el trabajo,
en el descanso, en la oración. En el estudio, en el comer, en el dormir.
Siempre …, siempre …, siempre …

(San Rafael Arnaiz)


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SABADO SANTO – C

Día de silencio y espera


    Hoy es un día muy especial litúrgicamente, pues no se hace celebración religiosa alguna hasta la noche, en que se celebra la Vigilia Pascual. La Iglesia invita a los cristianos a rezar en silencio, a meditar en lo celebrado ayer, y a esperar piadosa y confiadamente, en compañía de la Virgen María, la Resurrección de su Hijo Jesús.
    Esta idea y tales motivaciones son las que orientan y mueven nuestra oración.

    Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección alabamos y glorificamos.
Por el madero ha venido la alegría al mundo entero. El Señor tenga piedad
y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros y tenga piedad.
Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección alabamos y glorificamos.
Por el madero ha venido la alegría al mundo entero.
    ¡Oh Cruz fiel, árbol único en nobleza!
    Jamás el bosque dio mejor tributo en hoja, en flor y en fruto. ¡Dulces clavos!
¡Dulce árbol donde la Vida empieza con un peso tan dulce en su corteza!
Cantemos la nobleza de esta guerra, el triunfo de la sangre y del madero;
y un Redentor, que, en trance de Cordero, sacrificado en cruz, salvó la guerra.

(Himno del Viernes Santo)

    La Madre piadosa estaba junto a la cruz y lloraba, mientras el Hijo pendía;
cuya alma, triste y llorosa, traspasada y dolorosa, fiero cuchillo tenía.
Oh cuan triste y cuan aflicta se vio la Madre bendita de tantos tormentos llena!
Y ¿cual hombre no llorara, si a la Madre contemplara de Cristo en tanto dolor?
¿Y quien no se entristeciera, Madre piadosa, si os viera sujeta a tanto rigor?
    ¡Oh dulce fuente de amor!, hazme sentir tu dolor para que llore contigo.
Y que, por mi Cristo amado, mi corazón abrasado más viva en él que conmigo.
Haz que me ampare la muerte de Cristo, cuando en tan fuerte vida y alma estén;
porque, cuando quede en calma el cuerpo, vaya mi alma a su eterna gloria.

(Cántico a la Dolorosa)

    Victoria, tu reinarás, oh Cruz tu nos salvaras.
El Verbo em Ti clavado, muriendo nos rescató.
De Ti madero santo nos viene la Redención.
Extiende por El mundo tu reino de salvación.
    Oh Cruz fecunda fuente, de vida y bendición.
Impere sobre el odio tu reino de caridad.
Alcancen las naciones el gozo de la unidad.
Aumenta en nuestras almas tu reino de santidad.
    El río de la gracia apague la iniquidad.
La gloria por los siglos de Cristo libertador.
Su cruz nos lleve al cielo, la tierra de promisión.

(Himno a la Cruz – popular)
    
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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (13/IV2025)
    (Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).

San Josemaría, Maestro de santidad
    Esta semana tenemos puesta la mirada en la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, y a los santos en torno a El, ayudándonos a mirar y contemplar a nuestro Maestro y Redentor.
    Por esto, aprovechamos para seguir recordándonos de nuestra santidad y seguimiento a Cristo, y de cómo podemos caminar en ese sentido. Para ello, seguimos recordando al maestro de la santidad, como fue San Josemaría Escrivá de Balaguer, siguiendo las pautas que han propuesto en la celebración del centenario de su Ordenación sacerdotal, el 28 de Marzo del 2025
    Para celebrar este periodo, renovamos la invitación a participar en un desafío: el San Josemaría Challenge.

¿En qué consiste? 
    Del 28 de marzo al 26 de Junio, casi 100 días para conocer más a San Josemaría y crecer en tu vida interior. ¡Súmate a este desafío de trece semanas!

Cada semana te propondremos en este enlace tres pasos a seguir:
- Una breve lectura de los escritos de San Josemaría.
- Un desafío concreto para aplicar en la vida diaria.
- Tres preguntas de reflexión para que te hagas cada día por la mañana, en tu oración personal y en el examen de conciencia de la noche.
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AGENDA PASTORAL

    Por fin hemos llegado a la semana más grande del año, la SEMANA SANTA. Con ella culmina la Cuaresma, y dará paso al Tiempo Pascual, para celebrar la Resurrección de Cristo, lo que nos hace exclamar ¡Aleluia, Aleluia, Aleluia!

    La Pastoral, de momento se ciñe, en primer lugar, en seguir facilitando la Confesión, y también la Comunión, y por tanto poder “cumplir con Pascua”. Por otra parte, es una semana en que la piedad personal debe ser frecuente, profunda y especialmente alegre y esperanzadora, pues ¡Cristo muere en la Cruz por nuestros pecados y resucita para nuestra salvación!


    Y con esa piedad personal participamos en las celebraciones propias de estos días, destacando los actos litúrgicos: la Eucaristía del Jueves Santo por la tarde, los Oficios de la Muerte del Señor del Viernes Santo, y en el acto más importante, la Vigilia Pascual, el Sábado Santo por la noche. Y todo esto completado y enriquecido con la oración personal o comunitaria en la Hora Santa, ante el monumento de la Iglesia, o los Viacrucis programados en cada Iglesia.

    También es muy beneficioso para la fe y la piedad cristiana participar en las maravillosas Procesiones, caminando con ellas, o simplemente contemplándolas en silencio, recogimiento y oración personal. Puede ser muy provechoso rezar personalmente el Santo Rosario, mientras se contempla y se disfruta de la belleza de los desfiles procesionales. ¡Ha¡ y que no falte un rato de oración personal ente el monumento de alguna iglesia.



    Y todo esto como preparación para la participación en la VIGILIA PASCUAL, que es la cumbre de todas las celebraciones.

    En cuanto al programa de actos y celebraciones está ya en la calle en cantidad de carteles en los lugares más concurridos.

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VIDA CRISTIANA EN EL S. XXI
    
    (Proponemos en esta sección algunos testimonios de cristianos actuales -con el tiempo, a algunos quizá se les considere santos- cuyo testimonio de vida es ejemplar como ciudadanos cristianos; y también destacamos acontecimientos, o celebraciones de diverso tipo, que testimonian y promueven el bien, la paz y el amor cristiano en la familia, y en la sociedad en general).

    Esta semana proponemos el visionado de la serie de películas sobre su Jesús, su vida y su mensaje, en una producción que todos alaban y consideran un gran trabajo y una de las más acertadas presentaciones cinematográficas sobre Jesús. El proyecto, por el momento, es de ocho capítulos, y ya han sacado cinco. El último, muy apropiado para estos días de Semana Santa es el titulado: The Chosen: La Última Cena. Puedes informarte en este enlace.


    También recordamos la Fiesta de la Resurrección, a celebrar el sábado 26 de abril a las 18,30 horas en la Plaza de la Cibeles de Madrid, que este año es ya la tercera edición, organizada por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), que el 2024 congregó a 70.000 personas. Se pretende celebrar la Resurrección de Cristo con música y fe, alegría y hermandad. Puedes informarte en este enlace


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viernes, 4 de abril de 2025

Altavoz Parroquial: 6/IV/2025

 V DOMINGO CUARESMA – C

Evangelio de la Misa: Jn 8,1-11

Sinceridad de vida


    Siempre es oportuna y muy actual la enseñanza del encuentro de Jesús con aquella “mujer sorprendida en adulterio” a quien “los letrados y fariseos” querían apedrear apoyándose en la “Ley de Moisés, que manda apedrear a las adúlteras”.
    Ciertamente es un comportamiento tan brutal que choca abiertamente con nuestra mentalidad actual, tan excesiva y falsamente tolerante, y por tanto relativista y permisiva con lo que interesa en cada momento a la comodidad y al egoísmo personal de cada uno. Pero lo importante es el mensaje que subyace en este suceso: la verdad de Dios y de su santidad y sobre todo el amor, siempre misericordioso de nuestro Padre, Dios.

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    “Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado”.
Ella contestó: “Ninguno, Señor”. Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno.
Anda y en adelante no peques más”.

    ¡Queremos, Señor, calar en el mensaje de este relato de tu encuentro
con la adúltera, que “los letrados y fariseos” querían apedrear.
Sigue habiendo ahora tantos “letrados y fariseos”, que se creen los puros
y perfectos, los maestros y doctores infalibles.
Pero se lo creen apoyados solo en su sabiduría y sus opiniones,
en su autosuficiencia y su egoísmo.
Para nada escuchan o leen la Ley de Dios, ni la que llega por la propia
conciencia bien formada, ni la que consta en la Palabra revelada, la Biblia.
Y menos aún escuchan o se atienen al Magisterio que te representa en la Iglesia.


    Tampoco van por delante dando ejemplo en la propia vida y en el cumplimiento
de las personales obligaciones religiosas, familiares y sociales.
Es su verdad y su justicia, adobada de sensiblería y escasa filantropía,
la que les mueve a juzgar, criticar y, si es el caso, condenar.
Y aún más, algunos se extrañan de los pecados, defectos y caídas de los demás,
y los airean ladinamente, para así justificarse más fácilmente de los propios
pecados, y creerse con más autoridad para los juicios falsos y destructores.

    Por todos ellos, Señor, rogamos y para todos suplicamos la sinceridad
para conocerse, examinarse, rectificar, pedir perdón, comprender,
y siempre ayudar, perdonar, y querer como Tú nos has enseñado.
Que nunca, Señor, nos detengamos tonta y maliciosamente contemplando
las motas de polvo en el ojo ajeno, sin vernos la viga que afea el nuestro
con defectos y pecados, o por lo menos con imperfecciones y tibieza.

    Que nunca olvidemos tu advertencia de sabio maestro y de experimentado
educador de almas: “el que esté sin pecado, que tire la primera piedra”.
En nuestra conversión, Señor, nos pides sinceridad para conocernos mejor:
con nuestros pecados para pedir perdón y rectificar, y con nuestras virtudes para seguir edificando la santidad y para exigirnos cada día más en ese empeño.
Que aprovechemos el examen de conciencia diario, el de la noche y el particular.

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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (6/IV2025)

    (Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).

Un buen amigo para tiempos recios
    Esta semana recordamos el sábado, 12/IV, a San José Moscati, laico, médico (1880-1927), italiano. Nace en Benevento y muere en Nápoles cuando está en plena actividad profesional, que él ejercía y amaba como su sacerdocio al servicio de los demás. Consideraba su deber curar los cuerpos de las enfermedades, pero
también ayudarles en su vida espiritual. El se consideraba médico de los cuerpos y de las almas. Por otra parte, su generosidad y dedicación a todos sin distención, mereció el apelativo del médico de los pobres. Fue beatificado por San Pablo VI, el 16/XI/1975, y canonizado por San Juan Pablo II el 15/X/1987. Conocer su vida es necesariamente ganarse un amigo verdadero, que nunca falla y que convence y arrastra con su ejemplo, su alegría y su sacrificio desinteresado por los demás.


Próximas canonizaciones
    Recientemente el Papa Francisco ha propuesto a varias personas, religiosos y laicos cercanos a nosotros, para ser canonizados, y que en su momento presentaremos como amigos de confianza. Y por supuesto, merece la pena seguir muy de cerca la pronta canonización del Beato Carlo Acutis. Para ello hay ya algunas buenas biografías, y documentales en Facebook y en You Tube, que están al alcance de todos. Merece la pena repasarlos.
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AGENDA PASTORAL

    Seguimos avanzando en la Cuaresma, vamos por la quinta semana, que nos aboca ya al Domingo de Ramos. Buen momento para revisarnos sobre nuestra respuesta a la invitación a convertirnos al Señor. ¿Además de la oración más intensa y fervorosa y de las mortificaciones concretas, he procurado confesarme ya, y comulgo con más frecuencia? ¿Estoy aprovechando el Jubileo del Año Santo 2025, “ganando” las más posibles indulgencias”?
    Sigamos manteniendo el recuerdo del miércoles, día 5/III, cuando recibíamos la ceniza durante la celebración de la Santa Misa con lo que comenzábamos la Cuaresma. La ceniza sobre nuestras cabezas nos recordaba que “somos polvo y al polvo volveremos” y por tanto que no olvidemos “arrepentirnos y creer en el Evangelio”. Es la oración como encuentro puntual, frecuente, incluso diríamos habitual, con Cristo -pues San Pablo nos dice: “ya comáis ya bebáis, hacedlo todo para gloria de Dios”- lo que más encauza y favorece la conversión o santidad cristiana. Por eso debemos “practicarla” habitualmente, y con más asiduidad en la Cuaresma. Ella nos llevará a que nuestro trabajo de cada día y todas las obras de cada momento más fácilmente las podamos santificar, convirtiéndolas en oración y mejor servicio a los demás.


Entrenamiento deportivo
    Y junto a la oración, tenemos la mortificación o penitencia que es como “la oración de los sentidos”. Oración y mortificación o penitencia, que nos llevan necesariamente a reconocernos, como humanos, necesitados de hacer penitencia por nuestros pecados y por nuestra poca correspondencia a las gracias del Señor. Serán pequeñas faltas, superficialidad, conformarnos con la mediocridad, no ser malos, pero tampoco esforzarnos por ser siempre buenos y generosos con los demás y tampoco con Dios. Pues de eso debemos arrepentirnos también, y llevarlo a la Confesión, para encontrar mayor paz, alegría e ilusión por convertirnos en “atletas de la santidad”. Por eso es bueno confesarse con frecuencia, y sobre todo en Cuaresma. Si nos cuesta reconocer que somos pecadores, no olvidemos que “más grandes que nuestros pecados, es la misericordia del Señor”. Puede ayudarte este artículo, titulado “El sacramento del perdón. Una experiencia de libertad” En este enlace.

Tiempo de confesiones

    En la Parroquia, todos los días, una hora antes de la Misa de la tarde, es tiempo de confesiones, y en otros pueblos también los domingos antes de la Santa Misa. Y por supuesto tienen especial preferencia los enfermos, que pueden pedir la Confesión y Comunión siempre que lo deseen, así como recibir la visita del sacerdote en cualquier día.
    Además, esta semana comenzamos en la Parroquia la Novena al Nazareno, que concluirá precisamente el domingo de Ramos. Otro medio comunitario más para ayudarnos a vivir como cristianos la Semana Santa
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VIDA CRISTIANA EN EL S. XXI
  
     (Proponemos en esta sección algunos testimonios de cristianos actuales -con el tiempo, a algunos quizá se les considere santos- cuyo testimonio de vida es ejemplar como ciudadanos cristianos; y también destacamos acontecimientos, o celebraciones de diverso tipo, que testimonian y promueven el bien, la paz y el amor cristiano en la familia, y en la sociedad en general).

    La santidad cristiana y el apostolado corresponde a todo cristiano, y se puede manifestar en todas las situaciones y circunstancias. Hoy proponemos como ejemplo de piedad cristiana y de apostolado y servicio a los demás, las informaciones de personas o grupos que están haciendo del Año Jubilar 2025 un verdadero Año de Gracia y de Caridad y servicio al prójimo. Puedes conocer estos ejemplos que aparecen cada día en la página Vatican News, con el título Historias de esperanza, pinchando en este enlace.

San Josemaría, Maestro de santidad
    Seguimos proponiendo esta ayuda práctica para concienciarnos de la necesidad de ser santos, y para utilizar como andadera que facilite nuestra santidad. Para ello nos fijamos y aprendemos de San Josemaría Escrivá de Balaguer, del que recordamos y celebramos el centenario de su Ordenación Sacerdotal. El 28 de marzo de 1925, san Josemaría se ordenó sacerdote. Cincuenta años después, el 26 de junio de 1975, concluyó su vida terrena. Para celebrar este periodo, te invitamos a participar en un desafío: el San Josemaría Challenge.

¿En qué consiste? 

    
    Del 28 de marzo al 26 de junio, casi 100 días para conocer más a San Josemaría y crecer en tu vida interior. ¡Súmate a este desafió de 13 semanas!
Cada semana te propondremos en este enlace: https://opusdei.org/es/article/san-josemaria-challenge-semana-1/, tres pasos:

- Una breve lectura de los escritos de San Josemaría.
- Un desafío concreto para aplicar en la vida diaria.
- Tres preguntas de reflexión para que te hagas cada día por la mañana, en tu oración personal y en el examen de conciencia de la noche.
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