sábado, 5 de diciembre de 2020

Navidad

                NAVIDAD  -  2020/21

                Ya caminamos por el ADVIENTO hacia la NAVIDAD, que por lo que vemos y experimentamos no puede ser igual que otros años. Pero como dice el refrán popular: “No hay mal que por bien no venga”, y que desde la fe cristiana rubricamos con pleno convencimiento. De todo se puede sacar un bien si somos sinceros y responsables con las situaciones y las personas.

              


                Quizá no será la NAVIDAD como otros años en el aspecto folclórico y lúdico, mundanal y consumista, de mera diversión y desenfreno en gastos, regalos y encuentros –o desencuentros- familiares. Pero nada va impedir celebrar la NAVIDAD CRISTIANA, y por tanto cantar villancicos, recordar y celebrar el Nacimiento y primeros años de Jesucristo; y así seguir aprendiendo de El, acogiéndole en nuestro corazón con la alegría renovada, con la oración personal y familiar, con el arrepentimiento y confesión de nuestras faltas y pecados, con la participación en la Eucaristía, o Santa Misa, con la Adoración al Niño-Dios, y en consecuencia, compartiendo todo esto –de una u otra forma- con los demás, familiares, amigos y vecinos, y también con los pobres y más necesitados.  Y es que esto es principalmente la verdadera NAVIDAD CRISTIANA, que nadie debe ni puede impedir celebrar

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Ningún hogar sin el Belén o Nacimiento familiar.

Ningún corazón sin la alegría del Perdón y del Amor de Dios

Ninguna persona o familia sin calor, sin comida y sin convivencia fraterna.

             Feliz y cristiana NAVIDAD

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¿Qué no habrá NAVIDAD?

       Merece la pena leer y meditar este escrito –sin duda también poético- del sacerdote navarro, Javier Leóz, párroco de San Lorenzo (Pamplona). Sin duda hace pensar, y sobre todo puede llevar a los cristianos a estimularse y reaccionar ante las circunstancias y limitaciones actuales.

                     Tiene además, como anecdótico, que alguien se lo hizo llegar al Papa Francisco, y tanto le gustó que llamó personalmente por teléfono al sacerdote, para felicitarle y agradecer su modo de enfocar el tema, que él también compartía. Su impresión y su alegría podemos imaginarla.

¿QUE NO HABRÁ NAVIDAD? 

¡Claro que sí!

Más silenciosa y con más profundidad.

Más parecida a la primera en la que Jesús nació en soledad.

Sin muchas luces en la tierra, pero con la de la estrella de Belén,

destellando rutas de vida en su inmensidad.

Sin cortejos reales colosales, pero con la humildad de sentirnos,

pastores y zagales buscando la Verdad.

Sin grandes mesas y con amargas ausencias,

pero con la presencia de un Dios que todo lo llenará.

¿QUE NO HABRÁ NAVIDAD?

   ¡Claro que sí!

Sin las calles a rebosar, pero con el corazón enardecido,

por el que está por llegar. Sin ruidos ni verbenas,

reclamos ni estampidas…  pero viviendo el Misterio sin miedo

al ”covid-herodes” que pretende  quitarnos hasta el sueño de esperar.

Habrá Navidad porque DIOS está de nuestro lado

y comparte, como Cristo lo hizo en un pesebre,

nuestra pobreza, prueba, llanto, angustia y orfandad.

Habrá Navidad porque necesitamos

una luz divina en medio de tanta oscuridad.

Covid19 nunca podrá llegar al corazón ni al alma

de los que en el cielo ponen su esperanza y su alto ideal

 

¡HABRÁ NAVIDAD!  ¡CANTAREMOS VILLANCICOS!

¡DIOS NACERÁ Y NOS TRAERÁ LIBERTAD!



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