SEMANA SANTA 2025
Estamos en la semana más importante del año para los cristianos, y para todos, una semana muy gozosa, al unirse a lo que celebramos los cristianos, y al disfrutar de sus ceremonias, procesiones, actos de culto y devoción que siempre inspiran silencio, reflexión, interrogantes, a la vez que admiración y atractivo ante la Verdad y el Bien que despiden, y también la Belleza con que se presentan. No en vano Jesucristo dijo: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" y esto se hace más evidente cuando lo contemplamos estos días en la Liturgia de las iglesias y en las procesiones de la Semana Santa, que nos muestran, con gran belleza artística y musical, a Cristo condenado a muerte, cargado con la cruz camino del Calvario, crucificado y muerto en la Cruz, para luego ser acogido por su Madre en los brazos y ser enterrado y esperar el maravilloso y deslumbrante final, que será su Resurrección.
Motivos más que suficientes para que ofrezcamos un especial itinerario para disfrutar y vivir con más fe y esperanza o confianza, el Amor de Dios durante estos días. Además del Domingo de Ramos, tenemos que destacar el Triduo Pascual, esto es, el Jueves Santo, el Viernes Santo y el Sábado Santo, que coronaremos con la Vigilia Pascual en la noche del Sábado, en que celebraremos la Resurrección de Cristo, que se continua con el Domingo de Pascua y todo el Tiempo Pascual.
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DOMINGO DE RAMOS – C
Evangelio de la Misa: Lc 22,14-23,56
Relato de la Pasión y Muerte de Jesús:
Primero con la Bendición de los ramos y la entrada procesional en la Iglesia, para la celebración de la Eucaristía, y luego con la lectura de la Pasión y Muerte de Jesús, la Santa Madre Iglesia “abre las puertas” a los cristianos para “entrar” en la Semana Santa. Este año se lee la narración de san Lucas.
Estos relatos son parte de nuestra cultura, pues han alimentado la pintura, escultura, música, y a todo el arte en general, así como la vida de los cristianos a lo largo de los siglos, pues han configurado costumbres, fiestas y muy variadas formas de vida social. Y sobre todo han motivado muchas conversiones y adhesiones a la Verdad de Cristo, y necesariamente al seguimiento de su persona y de su Vida divina en el afán por la santidad y la entrega a los demás. Merece la pena, en todos los órdenes, vivir bien la Semana Santa.
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Y cuando llegaron al lugar llamado “La Calavera” lo crucificaron allí,
a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
Señor, que en estos días nos “abres las puertas” para adentrarnos
en las celebraciones de tu Misterio Pascual: Pasión, Muerte y Resurrección.
Queremos seguirte junto al borrico que te acercó a la ciudad de Jerusalén,
y deseamos aplaudirte y vitorearte, sinceramente y de corazón,
Relato de la Pasión y Muerte de Jesús:
Primero con la Bendición de los ramos y la entrada procesional en la Iglesia, para la celebración de la Eucaristía, y luego con la lectura de la Pasión y Muerte de Jesús, la Santa Madre Iglesia “abre las puertas” a los cristianos para “entrar” en la Semana Santa. Este año se lee la narración de san Lucas.
Estos relatos son parte de nuestra cultura, pues han alimentado la pintura, escultura, música, y a todo el arte en general, así como la vida de los cristianos a lo largo de los siglos, pues han configurado costumbres, fiestas y muy variadas formas de vida social. Y sobre todo han motivado muchas conversiones y adhesiones a la Verdad de Cristo, y necesariamente al seguimiento de su persona y de su Vida divina en el afán por la santidad y la entrega a los demás. Merece la pena, en todos los órdenes, vivir bien la Semana Santa.
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Y cuando llegaron al lugar llamado “La Calavera” lo crucificaron allí,
a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
Señor, que en estos días nos “abres las puertas” para adentrarnos
en las celebraciones de tu Misterio Pascual: Pasión, Muerte y Resurrección.
Queremos seguirte junto al borrico que te acercó a la ciudad de Jerusalén,
y deseamos aplaudirte y vitorearte, sinceramente y de corazón,
como aquellos judíos:
“Hosanna al Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor”.
También nos proponemos acompañarte en estos días de Semana Santa.
Tanto en la Liturgia como en las celebraciones populares, tan tradicionales
como profundamente religiosas, pues están motivadas por la fe y la piedad.
Nos conmueven todas las escenas de tu “Via Crucis”: tus gestos, tus palabras,
tu entrega, tu sinceridad y valentía, hasta verte crucificado y muerto en la Cruz.
Queremos aprender de Ti, queremos llenarnos de tu amor, entrega y generosidad. Ante la Cruz –y Tú crucificado en ella- queremos expresarte
“Hosanna al Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor”.
También nos proponemos acompañarte en estos días de Semana Santa.
Tanto en la Liturgia como en las celebraciones populares, tan tradicionales
como profundamente religiosas, pues están motivadas por la fe y la piedad.
Nos conmueven todas las escenas de tu “Via Crucis”: tus gestos, tus palabras,
tu entrega, tu sinceridad y valentía, hasta verte crucificado y muerto en la Cruz.
Queremos aprender de Ti, queremos llenarnos de tu amor, entrega y generosidad. Ante la Cruz –y Tú crucificado en ella- queremos expresarte
los mejores sentimientos con el poeta Fray Miguel de Guevara (S. XVI-XVII):
No me mueve, mi Dios, para quererte,
el cielo que me tienes prometido;
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme al verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme al ver tu cuerpo tan herido,
muévanme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y, aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera;
pues, aunque cuanto espero, no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera. Amen.
No me mueve, mi Dios, para quererte,
el cielo que me tienes prometido;
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme al verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme al ver tu cuerpo tan herido,
muévanme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y, aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera;
pues, aunque cuanto espero, no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera. Amen.
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JUEVES SANTO – C
Evangelio de la Misa de la Cena del Señor: Jn 13,1-15
Eucaristía
Todos los domingos y fiestas conviene considerar las tres lecturas de la Misa, por la relación que suele haber entre ellas, sobre todo entre la primera y el Evangelio. Pero hoy es del todo necesario, pues las tres lecturas están perfectamente armonizadas para encuadrar la celebración del Jueves Santo en sus aspectos históricos y propiamente religiosos y teológicos, así como para orientar mejor la dimensión ascética.
En la primera lectura se recuerda el origen de la Pascua, cuando los israelitas la celebraron por primera vez en Egipto según el Señor se lo indicó, para salir luego hacia la tierra prometida. En la segunda se narra, con palabras de San Pablo, cómo celebraban los cristianos la nueva Pascua, siguiendo lo ordenado por Jesús en la Ultima Cena. Por fin, el Evangelio describe lo que hizo Jesús como preparación para la institución de la Eucaristía en el Cenáculo: lavar los pies a los Apóstoles.
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“Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros,
vosotros también lo hagáis”.
Señor Jesús, que fácil resulta rezarte y hablar contigo en este día.
Con la sola lectura, lenta y meditada, de los textos bíblicos del día,
te vemos tan cercano, te sentimos tan lleno de amor
y de fuego santificador, y a la vez “nos parece sentir”
en nuestro corazón esas palabras divinas de la Ultima Cena,
cuando lavaste los pies a los Apóstoles y luego instituiste la Eucaristía.
Grava en nuestra mente estas palabras del Evangelio:
“Llegada la hora, antes de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado
a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo”.
Ayúdanos a sentirlas como propias y que nos sirvan de talismán,
para vivir el amor a Ti y a los demás, como Tú nos has enseñado.
“Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros,
vosotros también lo hagáis”.
Señor Jesús, que fácil resulta rezarte y hablar contigo en este día.
Con la sola lectura, lenta y meditada, de los textos bíblicos del día,
te vemos tan cercano, te sentimos tan lleno de amor
y de fuego santificador, y a la vez “nos parece sentir”
en nuestro corazón esas palabras divinas de la Ultima Cena,
cuando lavaste los pies a los Apóstoles y luego instituiste la Eucaristía.
Grava en nuestra mente estas palabras del Evangelio:
“Llegada la hora, antes de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado
a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo”.
Ayúdanos a sentirlas como propias y que nos sirvan de talismán,
para vivir el amor a Ti y a los demás, como Tú nos has enseñado.
Porque queremos vivir siempre en gracia de Dios y por tanto unidos a Ti,
tampoco queremos olvidar las palabras que dijiste a Pedro:
tampoco queremos olvidar las palabras que dijiste a Pedro:
“Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo”.
Y con Pedro te decimos también: “Lávame, Señor,
frecuentemente con tu perdón misericordioso en la Confesión sacramental “.
Te pedimos, Señor, fe profunda, amor ardiente y compromiso apostólico,
agradecimiento gozoso y compartido, cada vez que oigamos esas palabras:
“Esto es Mi Cuerpo, entregado por vosotros …
Esta es mi Sangre derramada por vosotros”…
Que te adoremos y acompañemos con frecuencia en el Sagrario;
que te celebremos, te alabemos y te recemos, diariamente en la Santa Misa;
y que te recibamos con piedad, fe y devoción, todos los días en la Comunión.
Nos unimos, en esta oración eucarística, a tantos cristianos de todos los siglos que
te han expresado su amor y agradecimiento con innumerables poemas y cantos:
“Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente
bajo estas apariencias. A Ti se somete mi corazón por completo,
y se rinde totalmente al contemplarte”.
Te pedimos, Señor, fe profunda, amor ardiente y compromiso apostólico,
agradecimiento gozoso y compartido, cada vez que oigamos esas palabras:
“Esto es Mi Cuerpo, entregado por vosotros …
Esta es mi Sangre derramada por vosotros”…
Que te adoremos y acompañemos con frecuencia en el Sagrario;
que te celebremos, te alabemos y te recemos, diariamente en la Santa Misa;
y que te recibamos con piedad, fe y devoción, todos los días en la Comunión.
Nos unimos, en esta oración eucarística, a tantos cristianos de todos los siglos que
te han expresado su amor y agradecimiento con innumerables poemas y cantos:
“Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente
bajo estas apariencias. A Ti se somete mi corazón por completo,
y se rinde totalmente al contemplarte”.
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VIERNES SANTO – C
Evangelio de la celebración: Jn 18,1-19,42
La Pasión y Muerte de Jesús
Hoy es un día verdaderamente importante en el Año Litúrgico, pues tiene liturgia propia, única para este día. Hoy no se celebra la Santa Misa (único día del año que está incluso prohibido celebrarla). Hoy se recuerda, y se celebra fundamentalmente con el recuerdo y la contemplación meditativa, el suceso histórico de la Muerte de Cristo en el Calvario.
La lectura completa de la Pasión y Muerte de Cristo según San Juan nos ayuda y orienta en ese recuerdo, y nos da las pinceladas suficientes para calar y meditar en el sentido redentor de esa muerte. Por eso hoy la oración personal ha de discurrir por la lectura pausada, reflexionada y meditada, de esos relatos. Merece la pena hacerlo así.
Por las mismas razones hoy la celebración tiene un punto central, y un objetivo devocional y piadoso: contemplar la Cruz de Cristo y adorarla con fe, amor y agradecimiento “pues en ella estuvo clavada la salvación del mundo”; y al mismo tiempo besarla con alegría y esperanza, pues “¡Oh Cruz fiel, árbol único en nobleza! Jamás el bosque dio mejor tributo en hoja, en flor y en fruto”.
Este himno, que se canta, o se reza, mientras se adora la Cruz, es una buena oración personal para este día. También es una oración muy apropiada para este día el Via Crucis con cualquiera de sus formularios, pues abundan muchos y muy buenos en libros y devocionarios. También son abundantes las oraciones ya elaboradas, los poemas, cánticos, himnos, etc. compuestos para rezar ante la Cruz de Cristo. He aquí algunos:
En esta tarde, Cristo del Calvario, - vine a rogarte por mi carne enferma,
pero al verte, mis ojos van y vienen – de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza
¿Cómo quejarme de mis pies cansados, - cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías – cuando las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo explicarte a Ti mi soledad – cuando en la Cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor – cuando tienes rasgado el corazón?
Ahora ya no me acuerdo de nada, - huyeron de mí todas las dolencias.
El ímpetu del ruego que traía – se me ahoga en la boca pedigüeña.
Y solo pido no pedirte nada, - estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que dolor es solo – la llave santa de tu santa puerta. Amen.
(Gabriela Mistral)
Déjame vivir al pie de la Cruz sin pensar en mí, sin nada querer y desear,
más que mirar enloquecido la sangre divina que inunda la tierra.
Déjame, Señor, llorar, pero llorar de ver lo poco que yo puedo hacer por Ti,
lo mucho que te he ofendido estando lejos de la Cruz …
Déjame llorar el olvido en que te tienen los hombres, aún los buenos …
Déjame, Señor, vivir al pie de la Cruz … de día, de noche, en el trabajo,
en el descanso, en la oración. En el estudio, en el comer, en el dormir.
Siempre …, siempre …, siempre …
(San Rafael Arnaiz)
¿Cómo mostrarte mis manos vacías – cuando las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo explicarte a Ti mi soledad – cuando en la Cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor – cuando tienes rasgado el corazón?
Ahora ya no me acuerdo de nada, - huyeron de mí todas las dolencias.
El ímpetu del ruego que traía – se me ahoga en la boca pedigüeña.
Y solo pido no pedirte nada, - estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que dolor es solo – la llave santa de tu santa puerta. Amen.
(Gabriela Mistral)
más que mirar enloquecido la sangre divina que inunda la tierra.
Déjame, Señor, llorar, pero llorar de ver lo poco que yo puedo hacer por Ti,
lo mucho que te he ofendido estando lejos de la Cruz …
Déjame llorar el olvido en que te tienen los hombres, aún los buenos …
Déjame, Señor, vivir al pie de la Cruz … de día, de noche, en el trabajo,
en el descanso, en la oración. En el estudio, en el comer, en el dormir.
Siempre …, siempre …, siempre …
(San Rafael Arnaiz)
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SABADO SANTO – C
Día de silencio y espera
SABADO SANTO – C
Día de silencio y espera
Hoy es un día muy especial litúrgicamente, pues no se hace celebración religiosa alguna hasta la noche, en que se celebra la Vigilia Pascual. La Iglesia invita a los cristianos a rezar en silencio, a meditar en lo celebrado ayer, y a esperar piadosa y confiadamente, en compañía de la Virgen María, la Resurrección de su Hijo Jesús.
Esta idea y tales motivaciones son las que orientan y mueven nuestra oración.
Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección alabamos y glorificamos.
Por el madero ha venido la alegría al mundo entero. El Señor tenga piedad
y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros y tenga piedad.
Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección alabamos y glorificamos.
Por el madero ha venido la alegría al mundo entero.
¡Oh Cruz fiel, árbol único en nobleza!
Jamás el bosque dio mejor tributo en hoja, en flor y en fruto. ¡Dulces clavos!
¡Dulce árbol donde la Vida empieza con un peso tan dulce en su corteza!
Cantemos la nobleza de esta guerra, el triunfo de la sangre y del madero;
y un Redentor, que, en trance de Cordero, sacrificado en cruz, salvó la guerra.
(Himno del Viernes Santo)
La Madre piadosa estaba junto a la cruz y lloraba, mientras el Hijo pendía;
cuya alma, triste y llorosa, traspasada y dolorosa, fiero cuchillo tenía.
Oh cuan triste y cuan aflicta se vio la Madre bendita de tantos tormentos llena!
Y ¿cual hombre no llorara, si a la Madre contemplara de Cristo en tanto dolor?
¿Y quien no se entristeciera, Madre piadosa, si os viera sujeta a tanto rigor?
¡Oh dulce fuente de amor!, hazme sentir tu dolor para que llore contigo.
Y que, por mi Cristo amado, mi corazón abrasado más viva en él que conmigo.
Haz que me ampare la muerte de Cristo, cuando en tan fuerte vida y alma estén;
porque, cuando quede en calma el cuerpo, vaya mi alma a su eterna gloria.
(Cántico a la Dolorosa)
Victoria, tu reinarás, oh Cruz tu nos salvaras.
El Verbo em Ti clavado, muriendo nos rescató.
De Ti madero santo nos viene la Redención.
Extiende por El mundo tu reino de salvación.
Oh Cruz fecunda fuente, de vida y bendición.
Impere sobre el odio tu reino de caridad.
Alcancen las naciones el gozo de la unidad.
Aumenta en nuestras almas tu reino de santidad.
El río de la gracia apague la iniquidad.
La gloria por los siglos de Cristo libertador.
Su cruz nos lleve al cielo, la tierra de promisión.
(Himno a la Cruz – popular)
Su cruz nos lleve al cielo, la tierra de promisión.
(Himno a la Cruz – popular)
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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (13/IV2025)
(Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).
San Josemaría, Maestro de santidad
Esta semana tenemos puesta la mirada en la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, y a los santos en torno a El, ayudándonos a mirar y contemplar a nuestro Maestro y Redentor.
Por esto, aprovechamos para seguir recordándonos de nuestra santidad y seguimiento a Cristo, y de cómo podemos caminar en ese sentido. Para ello, seguimos recordando al maestro de la santidad, como fue San Josemaría Escrivá de Balaguer, siguiendo las pautas que han propuesto en la celebración del centenario de su Ordenación sacerdotal, el 28 de Marzo del 2025
Para celebrar este periodo, renovamos la invitación a participar en un desafío: el San Josemaría Challenge.
¿En qué consiste?
(Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).
San Josemaría, Maestro de santidad
Esta semana tenemos puesta la mirada en la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, y a los santos en torno a El, ayudándonos a mirar y contemplar a nuestro Maestro y Redentor.
Por esto, aprovechamos para seguir recordándonos de nuestra santidad y seguimiento a Cristo, y de cómo podemos caminar en ese sentido. Para ello, seguimos recordando al maestro de la santidad, como fue San Josemaría Escrivá de Balaguer, siguiendo las pautas que han propuesto en la celebración del centenario de su Ordenación sacerdotal, el 28 de Marzo del 2025
Para celebrar este periodo, renovamos la invitación a participar en un desafío: el San Josemaría Challenge.
¿En qué consiste?
Del 28 de marzo al 26 de Junio, casi 100 días para conocer más a San Josemaría y crecer en tu vida interior. ¡Súmate a este desafío de trece semanas!
Cada semana te propondremos en este enlace tres pasos a seguir:
- Una breve lectura de los escritos de San Josemaría.
- Un desafío concreto para aplicar en la vida diaria.
- Tres preguntas de reflexión para que te hagas cada día por la mañana, en tu oración personal y en el examen de conciencia de la noche.
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AGENDA PASTORAL
Por fin hemos llegado a la semana más grande del año, la SEMANA SANTA. Con ella culmina la Cuaresma, y dará paso al Tiempo Pascual, para celebrar la Resurrección de Cristo, lo que nos hace exclamar ¡Aleluia, Aleluia, Aleluia!
La Pastoral, de momento se ciñe, en primer lugar, en seguir facilitando la Confesión, y también la Comunión, y por tanto poder “cumplir con Pascua”. Por otra parte, es una semana en que la piedad personal debe ser frecuente, profunda y especialmente alegre y esperanzadora, pues ¡Cristo muere en la Cruz por nuestros pecados y resucita para nuestra salvación!
AGENDA PASTORAL
Por fin hemos llegado a la semana más grande del año, la SEMANA SANTA. Con ella culmina la Cuaresma, y dará paso al Tiempo Pascual, para celebrar la Resurrección de Cristo, lo que nos hace exclamar ¡Aleluia, Aleluia, Aleluia!
La Pastoral, de momento se ciñe, en primer lugar, en seguir facilitando la Confesión, y también la Comunión, y por tanto poder “cumplir con Pascua”. Por otra parte, es una semana en que la piedad personal debe ser frecuente, profunda y especialmente alegre y esperanzadora, pues ¡Cristo muere en la Cruz por nuestros pecados y resucita para nuestra salvación!
Y con esa piedad personal participamos en las celebraciones propias de estos días, destacando los actos litúrgicos: la Eucaristía del Jueves Santo por la tarde, los Oficios de la Muerte del Señor del Viernes Santo, y en el acto más importante, la Vigilia Pascual, el Sábado Santo por la noche. Y todo esto completado y enriquecido con la oración personal o comunitaria en la Hora Santa, ante el monumento de la Iglesia, o los Viacrucis programados en cada Iglesia.
También es muy beneficioso para la fe y la piedad cristiana participar en las maravillosas Procesiones, caminando con ellas, o simplemente contemplándolas en silencio, recogimiento y oración personal. Puede ser muy provechoso rezar personalmente el Santo Rosario, mientras se contempla y se disfruta de la belleza de los desfiles procesionales. ¡Ha¡ y que no falte un rato de oración personal ente el monumento de alguna iglesia.
Y todo esto como preparación para la participación en la VIGILIA PASCUAL, que es la cumbre de todas las celebraciones.
En cuanto al programa de actos y celebraciones está ya en la calle en cantidad de carteles en los lugares más concurridos.
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VIDA CRISTIANA EN EL S. XXI
VIDA CRISTIANA EN EL S. XXI
(Proponemos en esta sección algunos testimonios de cristianos actuales -con el tiempo, a algunos quizá se les considere santos- cuyo testimonio de vida es ejemplar como ciudadanos cristianos; y también destacamos acontecimientos, o celebraciones de diverso tipo, que testimonian y promueven el bien, la paz y el amor cristiano en la familia, y en la sociedad en general).
Esta semana proponemos el visionado de la serie de películas sobre su Jesús, su vida y su mensaje, en una producción que todos alaban y consideran un gran trabajo y una de las más acertadas presentaciones cinematográficas sobre Jesús. El proyecto, por el momento, es de ocho capítulos, y ya han sacado cinco. El último, muy apropiado para estos días de Semana Santa es el titulado: The Chosen: La Última Cena. Puedes informarte en este enlace.
También recordamos la Fiesta de la Resurrección, a celebrar el sábado 26 de abril a las 18,30 horas en la Plaza de la Cibeles de Madrid, que este año es ya la tercera edición, organizada por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), que el 2024 congregó a 70.000 personas. Se pretende celebrar la Resurrección de Cristo con música y fe, alegría y hermandad. Puedes informarte en este enlace
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