VII DOMINGO ORDINARIO - C
Evangelio de la Misa: Lc 6,27-38Una medida rebosante
El Evangelio de San Lucas, después de recordar las bienaventuranzas, que tantas veces vería cumplidas en los apóstoles, y también en San Pablo, sigue en el párrafo de este domingo recordando otras ideas básicas, que también han de configurar el comportamiento de los cristianos, y por tanto la implantación del reinado de Dios en el mundo.
Programa de vida que choca frontalmente con los intereses puramente mundanos, materiales y egoístas, que se daban en aquella época, y que no han disminuido en la actual. Y que, como entonces, merece la pena meditarlos en serio para vivirlos con coraje humano y sobrenatural.
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“A vosotros, los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian… Tratad a los demás como queréis que ellos os traten… … También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo. Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada… Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso”
Señor, Jesús, que deseas vernos felices, dichosos y bienaventurados,
en tu seguimiento, ayúdanos a valorar en su justa medida
tus propuestas de vida y las exigencias que esto comporta.
¡Gracias por la forma nueva de vida y de convivencia que nos propones!
Que te sigamos fielmente, aunque no sea el ambiente favorable,
e incluso parezca llamar la atención y recibamos críticas, desprecios o molestias.
Como Tú nos has enseñado, queremos amar a todos,
incluso a los que nos consideran enemigos, o nos maldicen o injurian.
Por desgracia, también ahora hay algunos que practican o promueven,
directa o solapadamente, la violencia, el robo, el chantaje, los malos tratos.
A todos queremos perdonar, acoger, ayudar y abrazar.
Ayúdanos, Señor, a practicarlo así, como Tú hiciste,
¡Gracias por la forma nueva de vida y de convivencia que nos propones!
Que te sigamos fielmente, aunque no sea el ambiente favorable,
e incluso parezca llamar la atención y recibamos críticas, desprecios o molestias.
Como Tú nos has enseñado, queremos amar a todos,
incluso a los que nos consideran enemigos, o nos maldicen o injurian.
Por desgracia, también ahora hay algunos que practican o promueven,
directa o solapadamente, la violencia, el robo, el chantaje, los malos tratos.
A todos queremos perdonar, acoger, ayudar y abrazar.
Ayúdanos, Señor, a practicarlo así, como Tú hiciste,
y como nosotros deseamos ser tratados.
Nos dices, Señor, que también “los pecadores aman a los que les aman”,
y por tanto no podemos conformarnos con eso. Al contrario que “debemos amar
a nuestros enemigos, hacer el bien y prestar sin esperar nada a cambio”.
Ciertamente esto no es fácil, pero confiamos, Señor, en tu mano poderosa
y en tu gracia salvadora, para ser “compasivos y misericordiosos
Nos dices, Señor, que también “los pecadores aman a los que les aman”,
y por tanto no podemos conformarnos con eso. Al contrario que “debemos amar
a nuestros enemigos, hacer el bien y prestar sin esperar nada a cambio”.
Ciertamente esto no es fácil, pero confiamos, Señor, en tu mano poderosa
y en tu gracia salvadora, para ser “compasivos y misericordiosos
como el Padre es compasivo” con todos, fieles e infieles.
También nos concretas cómo vivir esta misericordia:
No juzgar ligeramente a otros, para que los demás nos respeten;
no condenar tonta e injustamente a nadie,
para no merecer reproches, condenas o desprecios;
perdonar siempre, para ser merecedores en todo momento de
perdonar siempre, para ser merecedores en todo momento de
tu perdón y de la comprensión y el perdón de los demás;
ser generosos para dar, ayudar, acoger y compartir, para poder recibir,
agradecida y copiosamente “una medida colmada, remecida y rebosante”.
ser generosos para dar, ayudar, acoger y compartir, para poder recibir,
agradecida y copiosamente “una medida colmada, remecida y rebosante”.
Que tu sentencia última: “La medida que uséis
con los demás la usarán con vosotros”,
nos estimule y anime –aunque a veces dudemos
nos estimule y anime –aunque a veces dudemos
y nos cueste- a ser caritativos con todos,
y ver en el prójimo hijos del único Padre, Dios Nuestro Señor.
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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (23/II/2025)
(Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).
Los santos, nuestros amigos, que nunca fallan y dan alegría y confianza
Esta semana, que no tenemos nuevos santos especiales que recordar, traemos a nuestra consideración las palabras del Papa Francisco en la Audiencia General del miércoles, 2/II, del año 2022, en la que, teniendo en cuenta a San José del que lleva hablando varios miércoles, nos recuerda la importancia de la devoción a los santos como amigos especiales que nunca fallan y que nos hacen la vida cristiana más alegre y esperanzada, como procuramos destacar cada semana en nuestros SURCOS EN EL PÁRAMO. Citamos algunos párrafos de su intervención, que, aunque un poco largos para esta sección semanal, merece la pena leerlos y considerarlos, pues nos acercan y afianzan a tener íntima amistad también con los santos que más devoción nos den, por las razones personales de cada uno. Dice el Papa:
(Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).
Los santos, nuestros amigos, que nunca fallan y dan alegría y confianza
Esta semana, que no tenemos nuevos santos especiales que recordar, traemos a nuestra consideración las palabras del Papa Francisco en la Audiencia General del miércoles, 2/II, del año 2022, en la que, teniendo en cuenta a San José del que lleva hablando varios miércoles, nos recuerda la importancia de la devoción a los santos como amigos especiales que nunca fallan y que nos hacen la vida cristiana más alegre y esperanzada, como procuramos destacar cada semana en nuestros SURCOS EN EL PÁRAMO. Citamos algunos párrafos de su intervención, que, aunque un poco largos para esta sección semanal, merece la pena leerlos y considerarlos, pues nos acercan y afianzan a tener íntima amistad también con los santos que más devoción nos den, por las razones personales de cada uno. Dice el Papa:
“En este sentido, la relación de amistad que puedo construir con un hermano o una hermana junto a mí, puedo establecerla también con un hermano o una hermana que están en el Cielo. Los santos son amigos con los que muy a menudo tejemos relaciones de amistad. Lo que nosotros llamamos devoción —yo soy muy devoto a este santo, a esta santa— es en realidad una forma de expresar el amor a partir precisamente de este vínculo que nos une. También en la vida de todos los días se puede decir: “Pero, esta persona tiene mucha devoción por sus ancianos padres”: no, es una forma de amor, una expresión de amor. Y todos nosotros sabemos que a un amigo podemos dirigirnos siempre, sobre todo cuando estamos en dificultad y necesitamos ayuda. Y nosotros tenemos amigos en el cielo.
Todos necesitamos amigos; todos necesitamos relaciones significativas que nos ayuden a afrontar la vida. También Jesús tenía a sus amigos, y a ellos se ha dirigido en los momentos más decisivos de su experiencia humana. En la historia de la Iglesia hay constantes que acompañan a la comunidad creyente: ante todo el gran afecto y el vínculo fortísimo que la Iglesia siempre ha sentido en relación con María, Madre de Dios y Madre nuestra. Pero también el especial honor y afecto que ha rendido a san José. En el fondo, Dios le confía a él lo más valioso que tiene: su Hijo Jesús y la Virgen María.
Es siempre gracias a la comunión de los santos que sentimos cerca de nosotros a los santos y a las santas que son nuestros patronos, por el nombre que tenemos, por ejemplo, por la Iglesia a la que pertenecemos, por el lugar donde vivimos, etc., también por una devoción personal. Y esta es la confianza que debe animarnos siempre al dirigirnos a ellos en los momentos decisivos de nuestra vida. No es algo mágico, no es una superstición, la devoción a los santos; es simplemente hablar con un hermano, una hermana que está delante de Dios, que ha recorrido una vida justa, una vida santa, una vida ejemplar, y ahora está delante de Dios. Y yo hablo con este hermano, con esta hermana y pido su intercesión por mis necesidades.
Precisamente por esto me gusta concluir esta catequesis con una oración a san José a la que estoy particularmente unido y que recito cada día desde hace más de 40 años. Es una oración que encontré en un libro de oraciones de las Hermanas de Jesús y María, del 1700, finales del siglo XVIII. Es muy bonita, pero más que una oración es un desafío a este amigo, a este padre, a este custodio nuestro que es san José. Sería bonito que vosotros aprendierais esta oración y pudierais repetirla. La leeré:
“Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una buena solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder”. Y termina con un desafío, esto es desafiar a San José: “porque tú puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder”.
Yo me encomiendo todos los días a san José, con esta oración, desde hace más de 40 años: es una vieja oración.
Adelante, ánimo, en esta comunión de todos los santos que tenemos en el cielo y en la tierra: el Señor no nos abandona.
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Adelante, ánimo, en esta comunión de todos los santos que tenemos en el cielo y en la tierra: el Señor no nos abandona.
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AGENDA PASTORAL
La normalidad en la tarea pastoral es lo que domina esta semana: celebraciones, catequesis, horario de confesiones, atención de enfermos y trato habitual con todos. Y las puertas de la iglesia siempre abiertas, para mostrarse acogedora y servidora para todos.
Aunque como devoción más personal, recordamos que esta semana entramos en el mes de marzo, en el que celebramos la fiesta de San José, Y además de la oración tan bonita y piadosa a San José, que nos enseñaba el Papa, es costumbre antigua y muy piadosa hacer los Siete domingos de San José. Es decir, considerar, durante los siente domingos previos a su fiesta en la oración personal, los Dolores y Gozos por los que pasó el Santo Patriarca en su vida familiar con Jesús y María. Es un recorrido por lo que fue su vida, de la que podemos aprender mucho y también de la que podemos sacar mucha fuerza y optimismo en nuestra perseverancia cristiana. Puedes servirte de esta devoción en este enlace.
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VIDA CRISTIANA EN EL S. XXI
VIDA CRISTIANA EN EL S. XXI
(Proponemos en esta sección algunos testimonios de cristianos actuales -con el tiempo, a algunos quizá se les considere santos- cuyo testimonio de vida es ejemplar como ciudadanos cristianos; y también destacamos acontecimientos, o celebraciones de diverso tipo, que testimonian y promueven el bien, la paz y el amor cristiano en la familia, y en la sociedad en general).
La santidad cristiana y el apostolado corresponde a todo cristiano, y se puede manifestar en las situaciones personales más diversas. Hoy presentamos el ejemplo de Frank Caprio un profesional excelente que ha trabajado y servido a todos ejemplarmente, y que, en las horas más difíciles de su vida, la ancianidad y la enfermedad, sigue mostrando la alegría y la disponibilidad para servir y hacer la vida más fácil y alegre a los demás. Todo un ejemplo del que aprender y al que imitar. Así se titula el artículo que invitamos a leer: “Frank Caprio, el juez más amable del mundo, enfrenta con la fe su mayor batalla. Creo en la oración”. En este enlace.
La santidad cristiana y el apostolado corresponde a todo cristiano, y se puede manifestar en las situaciones personales más diversas. Hoy presentamos el ejemplo de Frank Caprio un profesional excelente que ha trabajado y servido a todos ejemplarmente, y que, en las horas más difíciles de su vida, la ancianidad y la enfermedad, sigue mostrando la alegría y la disponibilidad para servir y hacer la vida más fácil y alegre a los demás. Todo un ejemplo del que aprender y al que imitar. Así se titula el artículo que invitamos a leer: “Frank Caprio, el juez más amable del mundo, enfrenta con la fe su mayor batalla. Creo en la oración”. En este enlace.
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SEMILLAS EN LOS SURCOS DEL PÁRAMO
Jóvenes Católicos (🔊
rezarhoy)
Meditaciones en audio
para hacer la oración, y reflexiones y recursos sobre la vida cristiana
especialmente dirigidas a jóvenes. ...
Así nos animan a conocerlos: Pásate por nuestra WEB y lee los testimonios, artículos y suscríbete a los Podcast diarios de rezarhoy en: https://www.jovenescatolicos.es/ Pásate por nuestra cuenta de Instagram: https://www.instagram.com/catolicos_es/ Twitter: https://twitter.com/catolicos_es
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