Evangelio de la Misa: Mc 16,15-20
Testimonio cristiano
Después de unos cuarenta días de haber resucitado Jesucristo, y también de haber gozado los apóstoles de su presencia, gloriosa pero cercana, íntima y
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Se apareció Jesús a los Once, y les dijo: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la Creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado”.
Señor, como los apóstoles, que, asombrados, te vieron ascender al cielo,
nosotros quisiéramos participar de sus mismos sentimientos,
y acoger tus últimas palabras como consigna existencial de nuestra vida.
También son para nosotros esas palabras de
“id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”.
Entendemos, Señor, que no solo hemos de evangelizar a las personas
de toda raza y cultura, pueblo y país, sino también que hemos de santificar
todas las realidades humanas y sociales, mundanas y terrenales,
donde se desarrolla la vida de las personas.
En nuestras circunstancias concretas: trabajo, vida familiar, diversiones
y convivencia social, en la salud y en la enfermedad, queremos proclamar
el Evangelio con el testimonio alegre y optimista, abierto y generoso,
a todos nuestros familiares y amigos, colegas y vecinos, cercanos y lejanos.
Que jamás nos avergoncemos de la fe que profesamos, y de la doctrina
que orienta nuestra vida, y nos hace felices. Que sepamos proclamarla y enseñarla, cultivarla y defenderla en todas las circunstancias y ambientes.
Señor, nos prometes, no solo tu ayuda, sino también la eficacia
de nuestro testimonio y apostolado, y la victoria sobre el mal y el pecado,
sobre las injusticias y los desórdenes,
sobre los enemigos de la verdad y del amor.
Que nunca nos apartemos de Ti por el pecado, y que mantengamos
una lucha decidida contra la tibieza o la desesperanza.
Que cultivemos la fe con la oración diaria
y la frecuencia de los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía.
Que sepamos crear ambientes donde reine la paz y el amor,
donde se disfrute de la convivencia, la alegría y el bienestar espiritual,
donde se trabaje con comodidad y compañerismo,
donde se forjen las auténticas amistades; en una palabra,
LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (12/V/2024)
(Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).
Este domingo, 12/V, celebramos la Ascensión de Jesús a los cielos, y con ello iniciamos la última semana de la celebración pascual, que hemos avivado entonando cada día “Verdaderamente ha resucitado el Señor, Aleluia”. Al final, domingo 19/V, celebraremos Pentecostés, recordando la Venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles, y terminamos el tiempo pascual.
En cuanto a los santos, nuestros amigos, destacamos en primer lugar a San Matías, apóstol, que sustituyó a Judas el Iscariote, y por tanto forma parte del grupo de los doce apóstoles, con quienes queremos -y ¡cuánto bien nos hacen!- mantener siempre una tierna y leal amistad, pues ellos nos colocan siempre cerca del Amigo, Cristo Jesús.
Nos vemos, una vez más, obligados a celebrar con gozo y especial confianza, el 15/V, a San Isidro Labrador, patrono de Madrid donde vivió y murió el año 1130, y también patrono de los labradores y gente del campo, de lo que, en definitiva, participamos todos. Por eso lo destacamos y lo colocamos a nuestro lado como un excelente amigo y compañero de viaje por la vida. Su imagen acompañada de una pareja de bueyes arando, guiados por un ángel, puede llevar al error de creer que mientras él participaba en la Misa, un ángel le hacía la labor en el campo. No es así. San Isidro no se santificó solo por participar en la Sta. Misa, sino por ser un buen trabajador del campo y un hombre bueno y servicial con todos, que convertía
Se apareció Jesús a los Once, y les dijo: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la Creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado”.
Señor, como los apóstoles, que, asombrados, te vieron ascender al cielo,
nosotros quisiéramos participar de sus mismos sentimientos,
y acoger tus últimas palabras como consigna existencial de nuestra vida.
También son para nosotros esas palabras de
“id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”.
Entendemos, Señor, que no solo hemos de evangelizar a las personas
de toda raza y cultura, pueblo y país, sino también que hemos de santificar
todas las realidades humanas y sociales, mundanas y terrenales,
donde se desarrolla la vida de las personas.
En nuestras circunstancias concretas: trabajo, vida familiar, diversiones
y convivencia social, en la salud y en la enfermedad, queremos proclamar
el Evangelio con el testimonio alegre y optimista, abierto y generoso,
a todos nuestros familiares y amigos, colegas y vecinos, cercanos y lejanos.
Que jamás nos avergoncemos de la fe que profesamos, y de la doctrina
que orienta nuestra vida, y nos hace felices. Que sepamos proclamarla y enseñarla, cultivarla y defenderla en todas las circunstancias y ambientes.
Señor, nos prometes, no solo tu ayuda, sino también la eficacia
de nuestro testimonio y apostolado, y la victoria sobre el mal y el pecado,
sobre las injusticias y los desórdenes,
sobre los enemigos de la verdad y del amor.
Que nunca nos apartemos de Ti por el pecado, y que mantengamos
una lucha decidida contra la tibieza o la desesperanza.
Que cultivemos la fe con la oración diaria
y la frecuencia de los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía.
Que sepamos crear ambientes donde reine la paz y el amor,
donde se disfrute de la convivencia, la alegría y el bienestar espiritual,
donde se trabaje con comodidad y compañerismo,
donde se forjen las auténticas amistades; en una palabra,
donde sea posible la vida de hermanos y de hijos de Dios.
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(Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).
Este domingo, 12/V, celebramos la Ascensión de Jesús a los cielos, y con ello iniciamos la última semana de la celebración pascual, que hemos avivado entonando cada día “Verdaderamente ha resucitado el Señor, Aleluia”. Al final, domingo 19/V, celebraremos Pentecostés, recordando la Venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles, y terminamos el tiempo pascual.
En cuanto a los santos, nuestros amigos, destacamos en primer lugar a San Matías, apóstol, que sustituyó a Judas el Iscariote, y por tanto forma parte del grupo de los doce apóstoles, con quienes queremos -y ¡cuánto bien nos hacen!- mantener siempre una tierna y leal amistad, pues ellos nos colocan siempre cerca del Amigo, Cristo Jesús.
Nos vemos, una vez más, obligados a celebrar con gozo y especial confianza, el 15/V, a San Isidro Labrador, patrono de Madrid donde vivió y murió el año 1130, y también patrono de los labradores y gente del campo, de lo que, en definitiva, participamos todos. Por eso lo destacamos y lo colocamos a nuestro lado como un excelente amigo y compañero de viaje por la vida. Su imagen acompañada de una pareja de bueyes arando, guiados por un ángel, puede llevar al error de creer que mientras él participaba en la Misa, un ángel le hacía la labor en el campo. No es así. San Isidro no se santificó solo por participar en la Sta. Misa, sino por ser un buen trabajador del campo y un hombre bueno y servicial con todos, que convertía
su trabajo y demás actividades diarias, en oración de alabanza, gratitud y súplica al Creador. Para él todo era oración y alabanza a Dios. Efectivamente, para mantener ese buen espíritu necesitaba los sacramentos y sobre todo la Eucaristía, a ser posible diaria, y allí diríamos que “recargaba las pilas” de su buen corazón, pues necesitaba, como todos, la ayuda continua de Dios, y nunca le faltaba, pues se hacía merecedora de ella con “su Misa diaria” y sus oraciones o devociones personales.
También destacamos a la Beata Pina Suriano (1915-1950), laica, que permaneció virgen en su vida, corta pero repleta de bondad, de entrega y generosidad, y de desbordante apostolado que ella realizaba orientada por la Acción Católica, en su ciudad, Palermo (Italia). A su muerte recibió el aplauso y gratitud de su gente, que la aclamaba ya como santa. Fue beatificada por San Juan Pablo II, el 5/IX/2004.
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AGENDA PASTORAL
Seguimos en el mes de mayo, mes de la Madre, de la Virgen María, a quien consideramos la Madre de Dios, y por eso a ella nos acogemos cada día, pues Dios ha querido que sea nuestra madre, y por tanto la mejor amiga y confidente de
nuestra vida, de nuestras alegrías y penas, de nuestros proyectos y fracasos, de nuestros trabajos y apostolados. ¡Ningún día del mes de mayo debe faltar nuestra “flor espiritual” ofrecida a la Madre! Además, el 13/V, recordaremos las apariciones de la Virgen en Fátima el 13 de mayo del 1917. Una razón más para vibrar en alegría y devoción a la Virgen María.
Este domingo, 12 de mayo se celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. En el mensaje pontificio de este día -publicado ya en la fiesta del patrón de los comunicadores, san Francisco de Sales- el Santo Padre reflexiona sobre los desafíos de la inteligencia artificial, y nos ofrece unas consideraciones muy atinadas para tener siempre en cuenta a la hora valorar y usar estos medios de comunicación social. Aquí puedes leerlo.
Esta semana queremos tener especialmente en cuenta a los niños que el sábado, día 18/V, se acercarán a comulgar por primera vez, previa confesión que les dará la posibilidad de celebrar también la fiesta del perdón y de la misericordia de Dios, acompañados de sus familias, a quienes también encomendaremos y felicitamos por esta fiesta familiar en su hogar cristiano.
También la fiesta de San Isidro será celebrada, como es norma en todas las parroquias de la Unidad Pastoral, con gran solemnidad y alegría. No faltará la Misa solemne en honor del patrono de los labradores, la Procesión con su imagen y la bendición de los campos.
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VIDA CRISTIANA EN EL S. XXI
(Proponemos en esta sección algunos testimonios de cristianos actuales -con el tiempo, quizá se les considere santos- cuyo testimonio de vida es ejemplar como ciudadanos cristianos, y también destacamos acontecimientos, o celebraciones de diverso tipo, que testimonian y promueven el bien, la paz y el amor cristiano en la familia, y en la sociedad en general).
Dos cuestiones destacamos con alegría y satisfacción esta semana. En primer lugar, la consideración de madres santas que han manifestado también su santidad y afán apostólico en la educación de sus hijos. Aquí puedes informarte.
Además, advertimos de la Bula de convocatoria de la celebración del Año Jubilar, el próximo 2025, con indicaciones importantes para entenderlo y vivirlo con las exigencias gozosas y comprometedoras para todos los cristianos. Aquí puedes leerlo.
VIDA CRISTIANA EN EL S. XXI
(Proponemos en esta sección algunos testimonios de cristianos actuales -con el tiempo, quizá se les considere santos- cuyo testimonio de vida es ejemplar como ciudadanos cristianos, y también destacamos acontecimientos, o celebraciones de diverso tipo, que testimonian y promueven el bien, la paz y el amor cristiano en la familia, y en la sociedad en general).
Dos cuestiones destacamos con alegría y satisfacción esta semana. En primer lugar, la consideración de madres santas que han manifestado también su santidad y afán apostólico en la educación de sus hijos. Aquí puedes informarte.
Además, advertimos de la Bula de convocatoria de la celebración del Año Jubilar, el próximo 2025, con indicaciones importantes para entenderlo y vivirlo con las exigencias gozosas y comprometedoras para todos los cristianos. Aquí puedes leerlo.
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En la página titulada Altavoz del Papa recogemos, y comentamos, algunos textos del Santo Padre, que haya tenido durante la semana.
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